Las acciones
contra las llamadas ilegalidades en la vivienda originan arbitrariedades
LA HABANA, 25 de febrero (Fara Armenteros, UPECI / www.cubanet.org) - Las
acciones del gobierno de Fidel Castro en contra de las llamadas ilegalidades en
la vivienda no sólo son medidas impopulares, sino que además
originan desalojos y dejan en estado de indefensión a muchos cubanos.
La mayoría de las familias que son desalojadas, porque los
funcionarios municipales de la Dirección Nacional de Viviendas las
consideran ilegales, no tienen viviendas adonde reintegrarse.
"No siempre que se aplica la ley vigente en Cuba se imparte justicia",
asegura una mujer que no quiso revelar su nombre, pero que presenció el
desalojo de la doctora Mérida Rosa Rodríguez del inmueble donde
vivió siete años.
"La doctora Rodríguez vino a vivir aquí porque permutó
la casa que ocupaba anteriormente. Ella es médico de la policlínica,
tiene muy buena conducta y es una persona integrada al proceso revolucionario.
Sin embargo, la desalojaron sin tener en cuenta la opinión de los vecinos"
-agregó la fuente.
En el desalojo de la doctora Rodríguez intervinieron, además
de los inspectores de Viviendas, cuatro agentes de la Policía Nacional
Revolucionaria (PNR), el carro patrullero 1010 y el camión estatal matrícula
HT2887, en el cual trasladaron todas las pertenencias de la especialista.
Pero Ciudad La Habana no es excepción en materia de desalojos. Desde
el municipio especial Isla de la Juventud (otrora Isla de Pinos) el activista
Carlos Serpa Maceira comunicó cómo a Rosa Bertop Betancourt y su
esposo los desalojaron del inmueble donde llevaban viviendo más de ocho años.
"La única opción que le dieron a esta familia es que
regresaran a su lugar de origen en la provincia Guantánamo, de donde la
señora Bertop salió hace 32 años cuando ella tenía
once años de edad" -reveló el activista Serpa.
Celestino Soto Herrera logró refugiarse en la vivienda que su abuelo
fabricó en 1951 luego de tres meses de intensas gestiones burocráticas.
El hombre se fue a vivir a casa de su esposa, después se divorció,
y cuando trató de regresar a su lugar de origen las autoridades locales
le dijeron que no había espacio suficiente en ese local para que volviera
a residir en el sitio que vivió durante 26 años.
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