¡Adelante el
Proyecto Varela!
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, febrero (www.cubanet.org) - Las diez mil firmas en apoyo al
Proyecto Varela son una realidad. Esto fue anunciado por Oswaldo Payá,
portavoz de la Comisión de Relatoría de "Todos Unidos",
en el marco de la reunión sostenida por un grupo de disidentes con el señor
Vicente Fox, presidente de México, el 4 de febrero, al finalizar su
visita oficial a Cuba.
La tarea resultó ardua y complicada. Se realizó en el contexto
del miedo que durante décadas ha impuesto e totalitarismo. Los firmantes,
además de estampar su firma y dirección, anotaron el número
del carné de identidad que cada cubano está obligado a portar,
para que no quedara duda de la irrenunciable decisión cívica
tomada.
Muchas personas encargadas de recoger las firmas fueron acosadas. A algunas
se les quitó los formularios suscritos utilizando la fuerza. Se dio el
caso de injustas agresiones físicas por parte de los órganos
represivos por efectuar una labor pacífica basada en el Artículo
88, Inciso g), de la actual Constitución cubana. Pero nada pudo detener
la voluntad de arribar a la meta de recolectar las diez mil firmas probatorias
de la existencia de un movimiento masivo de ciudadanos dispuestos a todo tipo de
sacrificios.
Hay que resaltar que, en esta ocasión, en los trabajos de recogida de
firmas participaron cientos de activistas pertenecientes a diversas
organizaciones disidentes y filiaciones políticas, todos convencidos de
la necesidad de construir una sociedad democrática donde se respeten los
derechos humanos y nadie sea perseguido por sus ideas.
La tarea fue abrumadoramente respaldada por la disidencia cubana,
confluyendo en ella desde veteranos fundadores del movimiento disidente hasta
las nuevas generaciones, sin faltar el importante aliento proveniente de los
hermanos que cumplen condenas de prisión por luchar pacíficamente
por una patria para todos.
En este momento de triunfo no puede olvidarse el apoyo de nuestros
compatriotas del exilio, quienes también ampliamente sustentaron el
proyecto, fundiéndose en este empeño organizaciones religiosas,
sindicales, profesionales, políticas y de otra índole. Si entre
los méritos de este movimiento se encuentra haber unido a la disidencia
interna, no menos valiosa ha sido su función como fuente de entendimiento
y cohesión entre los cubanos que vivimos en la isla y los residentes en
el exterior.
Este movimiento plural, al que se sumaron miles de personas, no está
dirigido contra nadie. Sólo pretende terminar con el odio entre los
cubanos y forjar una patria donde, sin renunciar a credos ni ideas, todos
podamos vivir en armonía, debatir las distintas ideas con la pasión
que nos caracteriza pero siempre de forma civilizada y responsable, bajo el
principio de que el derecho a opinar es una de las principales riquezas que
puede tener una nación.
Cuando el Proyecto Varela defiende la libre asociación y la libertad
de expresión y de prensa incluye a todos los cubanos; cuando solicita la
amnistía para los detenidos, sancionados o encarcelados por motivos políticos
que no hayan participado en hechos que atentaran directamente contra la vida de
otras personas, lo hace para que en el futuro ningún cubano cumpla
condenas por esos motivos; cuando reclama el fin de la discriminación de
los nacionales con respecto a constituir empresas privadas, tanto individuales
como cooperativas, es para poner término a una situación infamante
para todos los cubanos; cuando solicita una nueva ley electoral es para que la
totalidad de la ciudadanía tenga el derecho a una participación
real y activa en los asuntos públicos, en un ambiente transparente y
democrático.
La obtención de las diez mil firmas sustentadoras del Proyecto Varela
desmiente categóricamente la propaganda oficial de que la disidencia
cubana no tiene significación política. Estas diez mil personas
que han dado el paso al frente dejando a un lado el miedo, representan a la
mayoría de la ciudadanía que desea transformaciones pacíficas
y democráticas de la sociedad.
Este hecho significa una victoria para el pueblo cubano en su trayecto hacia
la libertad y, al mismo tiempo, encierra el compromiso de continuar la lucha por
la reconciliación nacional y un futuro próspero y feliz.
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