La Cabaña
aloja libros
Lucas Garve, CPI
LA HABANA, febrero (www.cubanet.org) - La fortaleza de San Carlos de la Cabaña
comenzó a construirse en el año 1763 bajo el reinado de Carlos II
de España y la capitanía general del Conde de Ricla. La construcción
fue concluida en 1774 al costo de 40 millones. Tan colosal suma para la época
motivó el gesto del Rey Carlos III de mirar al horizonte madrileño
con sus prismáticos para desde allí contemplar los muros de la
fortaleza habanera: "Si ha costado tanto, debe ser lo suficientemente
grande como para ser vista a cualquier distancia", dijo el Rey español
a su ministro de Hacienda.
Así, la fama de La Cabaña marcó al puerto habanero y el
sistema militar de La Habana se completó magníficamente.
Siglos más tarde, La Cabaña fue convertida en prisión
por la ausencia de invasiones. En el libro testimonio "Antes que anochezca",
el escritor Reinaldo Arenas describió su estancia como recluso en esta
fortaleza-prisión.
Otros autores, antiguos presos políticos cubanos plasmaron también
la penosa experiencia que les tocó vivir en "las galeras"
subterráneas de La Cabaña. En sus fosos fueron fusilados numerosos
defensores de la libertad en distintas épocas.
Este, La Cabaña, es el escenario de la XI Feria Internacional del
Libro de La Habana. Según los funcionarios editoriales se venderán
cinco millones de libros, revistas y folletos. Solamente el sábado 9 de
febrero acudieron a la feria 60 mil visitantes.
La feria, inaugurada el 7 de febrero, se extenderá hasta el 17. Esta
edición del evento está dedicada a la literatura francesa. Cientos
de títulos de literatura gala se exponen en el stand francés.
Curiosamente, los habaneros aprovechan la oportunidad de la feria de La Cabaña
para abastecerse de libros, porque muchas obras expuestas y a la venta serán
imposibles de adquirir después. Por esta razón, la masiva
asistencia de público a la feria contrasta con los pocos clientes que
entran en las librerías durante el resto del año.
De este modo, cambia el destino del castillo de San Carlos, ayer
fortaleza-prisión-baluarte defensivo del puerto; hoy parque de ferias y
lugar de entretenimiento para miles de habaneros. Aunque entre los muros húmedos
de los sótanos persista la memoria de muerte y reclusión.
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