¿Batalla
de ideas?
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, febrero (www.cubanet.org) - Durante decenios, el régimen
de Fidel Castro ha hecho prácticamente de la propaganda política
su razón de ser. Esta propaganda es grandilocuente, hiperbólica,
permanente.
Desde que llegaron al poder en 1959 los jefes de la Revolución (ellos
continúan nombrándola así como parte de la propaganda) se
apoderaron de todos los cargos públicos, entre otras cosas, y han buscado
siempre un objetivo que según ellos tiene que ser enfrentado a vida o
muerte.
No importa que este objetivo sea el enemigo imperialista, o sea Estados
Unidos, que es el preferido de los castristas, o cualquier necesidad básica
de la población, lo importante es que ese "algo" tiene que ser
vencido, combatido "con todas las fuerzas".
En los últimos tiempos le ha tocado el turno a la llamada batalla de
ideas que, en la que, a ciencia cierta, nadie cree, ni siquiera sus inventores.
Tampoco nadie sabe qué es realmente esta batalla de ideas, pero a diario,
de diferentes formas, se le dice a la población: "Estamos
enfrascados - o inmersos- en la batalla de ideas".
El diccionario define el vocablo batalla como "combate entre dos
fuerzas enemigas: dos ejércitos, dos armadas, dos grupos opuestos".
Pero en Cuba no ocurre nada de esto, al menos de modo público, porque ese
tipo de batalla, la de ideas, hay que realizarla a través de los medios
de prensa, y éstos son propiedad exclusiva del Partido Comunista cubano.
Ni una línea, ni una palabra de crítica a los gobernantes, ni
una frase de censura al sistema político impuesto por los comunistas se
dice o se escribe en los medios nacionales.
Hace poco Castro afirmó que el 90 por ciento del pueblo cubano
apoyaba a la Revolución, de lo que se infiere que al menos un millón
de personas tienen algo distinto que exponer a través de la prensa, acto
que haría real al contrario del régimen en la batalla de ideas.
En los tiempos del macarthismo en Estados Unidos -según he escuchado
decir- se usó el concepto de "guerra de las ideologías",
termino corpóreo en ese país si se tiene en cuenta que en él
existe libertad de prensa.
Hace algún tiempo, la propaganda en Cuba se centró en el
llamado "plan alimentario" que dirigió personalmente Castro y
del cual éste expresó que solucionaría todas las
necesidades del pueblo al respecto. De este plan, que en la práctica sólo
fue propaganda política, en la capital sólo queda un cartel
descolorido que muestra la cara posterior del billete de a veinte pesos cubano,
en cuyo centro se montó la imagen de un trabajador agrícola con un
racimo de plátano al hombro. El cartel puede verse (si no lo quitan rápidamente
una de estas noches) en la intersección de la Avenida Vía Blanca y
la Calzada de Diez de Octubre, en el municipio que también lleva este último
nombre.
A veces creo que la batalla de ideas es una variante de la propaganda política
para anunciar que terminó la época de las aventuras armadas,
aunque después de lo del plan alimentario se puso de moda aquello de "la
guerra de todo el pueblo".
El régimen de Castro debería decirle la verdad al pueblo, qué
cosa es la batalla de ideas, contra quién está dirigida y
preguntarle si está de acuerdo en librar semejante batalla. Este pequeño
gesto con quien en definitiva paga su propaganda política no estaría
de más.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|