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Dengue
en Cuba
¿Dengue? ¡Leptospirosis!
Manuel David Orrio, CPI
LA HABANA, febrero (www.cubanet.org) - Mientras La Habana parece una ciudad
en estado de emergencia por la guerra declarada por las autoridades a la
proliferación del mosquito transmisor de la fiebre amarilla y del dengue,
el peligro de la leptospirosis ya se cierne sobre los habitantes, justamente a
causa del modo en que se combate al insecto satanizado.
Aunque parezca increíble, el gobierno capitalino se las ha visto con
el bochornoso espectáculo de recoger a paso de carga la cantidad de no
menos de 300 mil metros cúbicos de basura y escombros, en algunos casos
acumulados desde años, sin contar de distintas acciones de salud, más
la entrega de unas 55 mil tapas para tanques donde la población guarda el
agua que no puede obtener regularmente del sistema hidráulico de La
Habana, así como la venta o regalo de más de 30 mil de esos
recipientes para emplear en idéntico propósito, todo como parte
del conjunto de medidas preventivas que debieron implementarse desde mucho
tiempo atrás.
Semejante movimiento, que de inicio estuvo orientado a reducir al mínimo
los índices de invasión mosquitera, ha traído como
consecuencia la presencia de la leptospirosis, o más exactamente su
alarmante retorno, pues esta enfermedad fue una de las características de
los primeros años del llamado período especial, entre otras
razones porque la población se aficionó a cazar y comer gatos, y
ya se verá por qué. Entretanto, médicos de la familia de
Centro Habana ya admitieron en público que la leptospirosis ha provocado
tres fallecidos en la capital.
La leptospirosis es una enfermedad de origen bacteriano que se transmite al
hombre por contacto con la orina, las heces fecales o la saliva de animales
cercanos a él, entre los cuales descuella el ratón, pero en los
que no se excluye la formación de una cadena de contagio donde perros y
gatos sirvan de "puente" entre el roedor y el hombre. Sus
complicaciones pueden acarrear la muerte, y es un hecho reconocido que un factor
propiciante de la enfermedad es la falta de higiene, que en el caso de La Habana
ya ni siquiera se discute. Trescientos mil metros cúbicos de basura y
escombros acumulados desde sabe Dios cuándo dicen por sí mismos.
De este modo, todo se explica: comer gatos incrementó ratones, al mejor
estilo de las pestes medievales.
¿Por qué resurge la leptospirosis mientras se decreta el
mosquiticidio generalizado?
Al remover los 300 mil metros cúbicos de desechos se eliminó
lo que ratas y ratones habían convertido en su Habana particular. Como es
lógico, los roedores iniciaron una emigración hacia las viviendas
y edificaciones para así provocar hasta ahora un saldo de tres
fallecidos. Absolutamente imputables, como probabilidad estadística, a la
desidia de las autoridades en cuanto a higiene en la capital. Millones de pesos
o dólares en campañas de propaganda política, o en el gesto
más bien altanero de no aceptar donaciones de Estados Unidos para paliar
los daños dejados por el paso del huracán Michelle, no mitigarán
el dolor de los familiares ni resucitarán a los muertos.
No es la primera vez que este periodista señala el modo reactivo con
que el gobierno de Fidel Castro enfrenta y dirige asuntos de vital importancia
para la población, en vez de hacerlo como parte de un plan concertado con
una sociedad civil en plena capacidad de informarse y opinar. El secretismo que
rodeó al dengue, el que ya parece rodear a la leptospirosis, son pruebas
al canto. Si bien es cierto que ya se ha reconocido la muerte de tres personas a
causa de la leptospirosis, también lo es la negativa a informar sobre
mayor detalle en los decesos como pudiera ser en cuáles municipios de La
Habana se produjeron. Al menos a este periodista se le negó esta
información durante una audiencia sanitaria efectuada en Centro Habana,
localidad donde otras fuentes aseveran que es la de las muertes, pendientes de
confirmación.
Por ello, vale advertir: uno de los peligros que en este momento se cierne
sobre los cubanos es la falta de transparencia gubernamental acerca de la
morbilidad general del país y su desglose por enfermedades. Chernobil a
la cubana, puede decirse. Entretanto, ¡leptospirosis a la vista!
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