Hablando de
soberanía
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, febrero (www.cubanet.org) - El martes acudí al consultorio
del médico de la familia de mi barriada. Allí coincidí con
tres madres jóvenes y sus hijos de pocos días de nacidos. Los
martes (no lo sabía) es el día en que se atienden a los más
pequeños, y ya nada tenía que hacer en el consultorio.
En el poco tiempo que estuve allí, escuché a una de las
madres, una muchacha bastante extrovertida.
- Mire cómo el niño me tiene. Cumplió el mes y yo no
veo que crece. Siempre quiere estar prendío del pecho. Ya esto no es teta
-al tiempo que se tocaba el seno derecho con la mano, mientras sujetaba al niño
contra su cuerpo-; le estoy dando agüita de malanga y leche que estoy
consiguiendo. Esta no es época de criar a los muchachos con teta. Para
eso hay que comer bien, y la comida hay que comprarla con fulas (dólares),
y yo no los tengo.
Recientemente escuché a economistas y a otros especialistas del Banco
Central de Cuba, quienes participaron en la mesa redonda (dedicada a perorar
sobre la entrada plena del euro en 12 de los 15 países integrantes de la
Unión Europea) afirmar que esas naciones habían cedido parte de su
soberanía porque la moneda es representativa de la soberanía de
un país.
En Cuba circulan dos monedas: el peso y el dólar estadounidense, que
es con el que verdaderamente se puede adquirir hasta la comida diaria, como decía
la joven madre. Sin embargo, a nadie que de alguna forma esté relacionado
con el gobierno, se le ocurre decir públicamente que Cuba ha cedido su
soberanía a Estados Unidos porque el dólar es la moneda dominando
en la Isla.
Hasta el propio Fidel Castro, cuando quiere dejar claro el precio de algo
que presuntamente se ha comprado para beneficiar a la nación, habla de dólares.
Es usual, además, que cuando se comenta o se informa a través de
los medios sobre cualquier tipo de gastos o inversión, se diferencia la
parte negociada en dólares de la que se ha realizado en pesos.
No sé si unificar las monedas nacionales en una, como ha sucedido con
el euro, es ceder la soberanía. Lo que sí es cierto es que nunca
antes en Cuba el dólar había tenido tanta importancia, y que todo
lo que viniera del norte fuera tan sublimado.
Durante décadas nos han dicho que antes, en tiempos republicanos, en
Cuba mandaba el embajador norteamericano, y que éramos una neocolonia
yanqui. Por todos los medios nos han inculcado la idea de que los
norteamericanos sólo desean el mal para nuestro país. Sin embargo,
de acuerdo a como veo las cosas, no creo que los cubanos se traguen esa píldora.
José Martí, cuando llegó a New York, escribió: "Estoy,
al fin, en un país donde cada uno parece ser su propio dueño. Se
puede respirar libremente, por ser aquí la libertad fundamento, escudo,
esencia de la vida".
Resulta evidente que lo que deseaba Martí era que en Cuba se
respirara el mismo clima, sin ceder la soberanía a nadie. La solución
es, pues, tratar de lograr las libertades públicas para que éstas
abran el camino a la prosperidad.
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