Con sólo
dos dólares
Víctor Rolando Arroyo, UPECI
PINAR DEL RIO, febrero (www.cubanet.org) - El señor Francisco Soberón,
ministro presidente del Banco Central de Cuba, expresó ante las cámaras
de televisión que una familia cubana, con sólo dos dólares,
podía adquirir la canasta básica de alimentos para satisfacer sus
necesidades durante quince días.
En la mesa redonda del pasado miércoles 30 de enero, el señor
Soberón reflexionó sobre los motivos principales que llevaron a la
república Argentina a la grave crisis en que se encuentra, e hizo algunas
comparaciones con la situación actual de Cuba.
Lástima que aún no ha podido (al menos públicamente)
explicar la realidad de su propio país, pues parece no conocer que muchas
familias cubanas deben hacer juegos malabares con su exiguo presupuesto en
pesos, para llenar malamente su canasta familiar.
El estado cubano, desde hace cuarenta y dos años, vende mensualmente
a cada ciudadano, a través de un sistema de racionamiento, una cuota de
alimentos subvencionada. Esta cuota cuesta aproximadamente entre 10 y 15 pesos
per cápita.
En la provincia de Pinar del Río, el racionamiento se compone de 5
libras de arroz, 5 libras de azúcar, una libra de frijoles (chícharos
generalmente), tres cuartos de libra de sal, media libra de aceite de cocinar, 3
onzas de café, 6 huevos, 4 ó 5 libras de papas (cuando existen), y
los llamados productos cárnicos, que pueden ser 1 y media libra de
mortadella, o picadillo de soya. Alimentos que se adquieren cada mes.
Si de esta canasta hablaba el señor Soberón, tiene mucha razón:
con dos dólares (54 pesos) se pueden adquirir estos productos. Por lo
general, los alimentos mencionados se consumen en diez días. Entonces, ¿de
qué se alimentan los cubanos los otros veinte?
Es cierto que en las tiendas de divisas hay de todo, pero a precios muy
elevados. En Pinar del Río, el salario medio asciende a 216 pesos, lo que
equivale a 8 dólares. Un jubilado, en cambio, recibe 100 pesos mensuales.
Menos del salario mínimo de un trabajador.
Esta es la verdadera odisea cotidiana de una familia cubana: buscar la
manera de subsistir con su exiguo presupuesto en pesos.
Alrededor de un 50 por ciento de los cubanos, según cifras oficiales,
tiene acceso al dólar, bien a través de los envíos de sus
familiares en el extranjero (principalmente los Estados Unidos), por concepto de
propina en centros turísticos, o por estímulos salariales. Otros
obtienen los dólares a través de la prostitución, el
proxenetismo o el jineterismo.
También se cuentan a los que tienen algún negocio con
extranjeros. Pero, ¿y el otro 50 por ciento de la población? ¿Tienen
que conformarse con mirar y callar mientras el hambre y las carencias los
marginan? Sin contar las necesidades de ropa, calzado, medicina, transporte.
El señor Soberón explicaba en su comparencia que "en
Argentina, con una población de 38 millones de habitantes, 15 millones
de hermanos nuestros viven por debajo de los niveles de pobreza".
¿Y qué nos dice, señor ministro, de los seis millones de
hermanos cubanos que no tienen acceso al dólar? ¿Se ha preguntado
usted cómo sobreviven?
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