El "no
hay" daña la salud social cubana
Normando Hernández, CPIC
CAMAGÜEY, febrero (www.cubanet.org) - Ningún científico
cubano habla de ella. Las autoridades cubanas guardan el más absoluto
silencio sobre el problema. Nadie sabe exactamente lo que ocurre. Ningún
ministerio sabe qué hacer. Pero la epidemia daña a las personas,
se extiende, es muy contagiosa. Se trata del "no hay".
Fuentes diversas confirman que la terrible enfermedad también ataca
el cerebro; sin embargo, la gente intenta no amilanarse, y seguir adelante como
los seres optimistas que son.
Como siempre, algunos incrédulos cuestionan que la anomalía
azota a la población, por lo que vale la pena recordar la realidad
nacional.
Cuando se abren los ojos por la mañana comienza el mal porque "no
hay" servicio de electricidad. Luego te diriges al baño y "no
hay" pasta dentífrica. Intentas desayunar, pero únicamente
puedes ingerir agua con azúcar, pues "no hay" leche, ya que sólo
se le vende por la libreta de racionamiento a los menores de siete años.
Sales a la calle con los primeros síntomas de la enfermedad, pero
obligado a buscar a cualquier precio el sustento de la familia, porque "no
hay" arroz, "no hay" huevos, "no hay" frijoles, "no
hay" grasa comestible. En fin, "no hay" comida.
Que no se te ocurra contraer otra enfermedad además de la del "no
hay", porque en los hospitales "no hay" camas disponibles, "no
hay" avituallamiento, "no hay" medicinas. Si el problema es de
estomatología, ¡prepárate!, pues "no hay" amalgama
para empastes, "no hay" anestesia, "no hay" instrumental ni
cómo esterilizarlo porque "no hay" papel para envolverlo antes
de introducirlos en el autoclave o aparato de esterilización. ¡Ah!,
pero inexplicablemente somos una potencia médica mundial.
La vida del cubano es cada vez más difícil debido al mal del "no
hay". En las panaderías "no hay" harina, en la reparadora
de zapatos "no hay" pegamento, "no hay" dinero para pagarle
las pensiones a los jubilados, en todas las empresas de servicios a la población
"no hay" algo esencial para el buen funcionamiento de las mismas. Por
esto, en cualquier sitio del país se escuchan constantemente las
siguientes exclamaciones: "¡Lo que 'no hay' es madre!", "¡Lo
que 'no hay' es dignidad!"
No vale la pena seguir narrando desgracias, "no hay" necesidad de
ello, porque la tragedia del cubano que vive en la isla es un mal para el cual "no
hay" cura hasta que haya cambios verdaderos que le abran espacio a la
democracia.
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