Casa de
locos
Amarilis Cortina Rey, Cuba-Verdad
LA HABANA, febrero (www.cubanet.org) - La situación social, política
y económica imperante en Cuba sólo puede compararse con la de un
manicomio, aunque la realidad isleña de seguro que es mucho más
terrible.
"¡Qué barbaridad, este país es una casa de locos!
Resulta que ahora no hay quien te inyecte en las instalaciones médicas
del Ministerio de Salud Pública porque todos andan detrás del
dichoso mosquito Aedes aegypti" -manifestó una anciana mientras
recorría las calles de Managua, poblado perteneciente al municipio
habanero Arroyo Naranjo, intentando encontrar a alguna persona que pudiera
inyectarle el medicamento que le indicó el especialista.
"Señora -le dijo una mujer- ¿y en el cuerpo de guardia de
la policlínica local?"
"De allí prácticamente me echaron porque dicen que el
servicio es sólo para urgencias y lo mío es tratamiento para la
artrosis" -contesto la vieja, que respiraba con dificultad. Después,
se alejó del lugar donde se produjo la breve conversación.
Ese día se confirmó que en Managua seis postas médicas
no funcionaban porque los médicos y el personal técnico que
trabaja en las mismas estaba "haciendo terreno", que en argot burocrático
de Salud Pública significa que visitan a pacientes en sus domicilios.
También se constató que el cuerpo de guardia de la policlínica,
por extremismo de sus funcionarios o por el poco deseo con que trabajan los
empleados, no inyectan a la gente necesitada de ello. Todos están en
función de erradicar al Aedes aegypti, la más reciente de las
campañas del gobierno.
En tanto, la televisión y los periódicos nacionales apoyan la
campaña de erradicación del mosquito transmisor del dengue
publicando imágenes de años de abandono y suciedad por doquier,
por primera vez en tantos años de socialismo. Ya la prensa independiente
venía denunciando el problema hace mucho tiempo.
También abundan las amenazas a los indisciplinados que vierten
desechos en la vía pública, a quienes impondrán entre 200 y
250 pesos de multa si los agarran in fraganti.
Además, se habla de nuevos camiones, de nuevos tractores, de nuevas
brigadas para reparar más de cuatro mil kilómetros de redes de
tuberías del sistema de alcantarillado, que en un 75 por ciento se han dañado
por la falta de mantenimiento y el paso de los años, según afirma
el rotativo Juventud Rebelde en uno de sus editoriales, donde se reconoce también
la existencia de miles de salideros (otra de las más comunes denuncias de
los periodistas independientes).
Sin embargo, la prensa oficial no difunde cifras sobre la cantidad de
muertos por dengue, aunque el rumor de que "esta campaña y tanta
movilización no es por gusto" crece y se extiende por las calles de
La Habana, cuya población lleva décadas conviviendo con vertederos
de basura, salideros de agua potable y albañal, ratones, cucarachas,
mosquitos, moscas y otros vectores ignorados hasta ahora por los reporteros
progubernamentales.
La pregunta de cada día, en cada hogar, es: ¿Alguien tiene
fiebre? Los médicos y las enfermeras recorren vivienda por vivienda
preguntando sobre personas con fiebre. Parece como si los hubieran programado
exclusivamente para casos febriles.
Los jóvenes que trabajan en la campaña contra el Aedes aegypti
están contentos porque reciben gratuitamente artículos de aseo que
en Cuba sólo se pueden comprar en los comercios dolarizados: champú,
pasta dentífrica, jabón, desodorante... todo un tesoro en el
sistema socialista.
Sí, es aberrante lo que está sucediendo en el país. La
mayoría espera las "órdenes de arriba", se conforman con
migajas, no piensan. Quizás no quieran, porque como expresó un médico:
"Aquí, si piensas enloqueces más". Este mismo
especialista denominó a la campaña de erradicación del
Aedes aegypti como "campaña caza mosquito".
Comienza a haber alguna regularidad en la recogida de la basura pero la
gente, luego de tanto tiempo, desconfía y cuestiona si se mantendrá
estable el servicio, o si sólo será por estos días de
propaganda intensa.
Los más escépticos opinan que "la fiebre del mosquito"
pasará como tantas cosas han pasado en estos 43 años de castrismo.
Quizás sólo permanezca el dolor de los que han perdido algún
ser querido por dengue, porque de éstos no quedará ni una reseña
en los medios controlados por el gobierno.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
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