Volverán...
Moisés L. Rodríguez, Grupo Decoro
CABAÑAS, abril (www.cubanet.org) - La abundancia de consignas
gubernamentales contrasta con la incredulidad generalizada en la sociedad
cubana, la que es fuente de manifestaciones irónicas incluso entre
personas desconocidas, fenómeno indicativo de que la crítica no ha
desaparecido a pesar de las circunstancias represivas existentes en el país.
No se critica como suele suceder en las democracias, donde grupos defensores
de diferentes intereses toman parte en los debates públicos y publican
sus ideas, pero lo importante es que se critica aunque sea sutilmente.
La semana pasada presencié un buen ejemplo de este fenómeno a
bordo de un ómnibus de la ruta 222 que circulaba por la céntrica
calle 23, en el Vedado habanero. A mi lado, un señor canoso miraba por la
ventanilla. Parecía distraído.
Cuando el carro se detuvo en el semáforo ubicado en la intercepción
de 23 y A, el canoso y yo vimos un automóvil marca Plymouth del año
1952 al que estaban reparando. Le faltaba uno de sus neumáticos.
Durante la breve parada pudimos observar que el Plymouth había estado
pintado de un color que el paso de los años y las inclemencias del tiempo
no permiten identificar exactamente, sólo señalaré que fue
oscuro, pero ahora el techo está pintado a mano de amarillo intenso y en
la puerta derecha trasera, con la misma pintura amarilla, escribieron con
grandes letras la palabra "volverán".
El canoso viró su cara hacia mí y, tratando de parecer
inexpresivo, de no politizar el asunto (algo muy difícil en estos
tiempos), me lanzó en el rostro la pregunta:
"¿Quiénes volverán, los Plymouth o ellos...?"
La entonación que el canoso le dio a la palabra "ellos" me
hizo comprender a quiénes se refería. Me limité a sonreír.
El siguió contemplando el automóvil estadounidense hasta que salió
de su campo visual por el desplazamiento del ómnibus.
Este no es un hecho aislado. Continuamente la población cubana
expresa su anhelo de que "regrese" el progreso, cuestiona la
inviabilidad del proyecto político vigente, las deficiencias, la
incapacidad de las políticas oficiales en todas las esferas de la vida.
Se critica, se debate de una manera peculiar: bajo el manto del choteo, al
decir de Mañach. Pero, de cualquier modo, es el indicador más
fidedigno del estado de ánimo de la sociedad cubana.
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