Con grandes
caracteres
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, abril (www.cubanet.org) - En el cabaret Tropicana -cuando los
cubanos podíamos ir a ese lugar, porque hace tiempo que es exclusivo para
turistas extranjeros- un amigo mío acusó de estarle faltando el
respeto a su esposa a otro individuo, sin ningún tipo de razón.
Hubo una pequeña discusión y mi amigo recibió un puñetazo
que lo tiró a la larga en el piso. Con la misma velocidad que cayó,
se puso en pie y dijo: ¡Esto es para que vea que a mí hay que
respetarme!"
De este incidente me recordé el viernes pasado cuando escuché
al canciller Felipe Pérez Roque decir que lo acontecido en la Comisión
de Derechos Humanos de la ONU era "una nueva victoria moral de Cuba",
pero en ese organismo se aprobó una moción donde se le sugiere al
régimen de Fidel Castro que debe mejorar la situación de los
derechos civiles y políticos. La resolución contó con 23
votos a favor, 21 en contra y 9 abstenciones.
Sin embargo, exceptuando la expulsión del régimen castrista de
la Organización de Estados Americanos, posiblemente no haya existido otra
derrota externa tan evidente como la que acaba de sufrir éste en la
Comisión de Derechos Humanos.
Téngase en cuenta que fue la representación de un país
latinoamericano, Uruguay, quien presentó la moción y que todas las
de la región votaron a favor o se abstuvieron, son excepción de la
de Venezuela. Estados Unidos de América, llamado "el enemigo"
por el régimen de Castro, esta vez no tenía ni siquiera la
posibilidad de votar.
Si se agrega lo acontecido en la Cumbre Iberoamericana de Panamá
alrededor de Fidel Castro y lo que sucedió recientemente en la cumbre de
Monterrey, en México, vemos que ciertamente se violan los derechos
humanos en Cuba pero lo del viernes va más allá de la preocupación
por lo que acontece en esta isla con esos derechos inalienables del hombre. Se
trata de un mensaje claro de que no sólo los cubanos son los que están
cansados y aburridos del régimen de Castro, también lo están
muchos otros países del mundo, en primer lugar los del continente
americano.
Es evidente, en Ginebra quedó explícito con grandes caracteres
que no se desea continuar conviviendo con un régimen absolutista, que ésta
es época de democracia, de participación activa de toda la
sociedad sin discriminaciones por tendencias políticas, ideas filosóficas
o creencias religiosas.
Ya nadie tiene deseos de estar ligado, aunque la geografía lo
obligue, a un régimen que mantiene por décadas a sus ciudadanos en
un permanente apartheid político, que aplasta los derechos básicos
de los individuos manteniendo una especie de estado de sitio mental, basando
todo esto en la fuerza y el poder absoluto que da ser, en la práctica,
dueño de todos los bienes materiales del país.
Creo que lo sucedido en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra ha
sido muy bueno para Cuba, aunque los representantes del régimen griten en
todas las esquinas que obtuvieron una victoria moral, y aunque no todos los
cubanos comprendan de momento lo importante de los 25 votos a favor de que el
gobierno de La Habana acepte sugerencias acordadas en esa comisión de la
ONU.
Cada día estamos más cerca de reintegrarnos totalmente a América
y al mundo en general, donde rigen la tolerancia, el respeto a las ideas de los
demás. De ahí la forma hostil en que el régimen de Castro
recibe siempre la moción referente a los derechos humanos en este país.
De ahí también surge el abrazo de todos los que quieren la
democracia para Cuba que este año, por suerte, fue más
significativo que nunca en Ginebra.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|