¿Crisis
con los pinos nuevos?
Héctor Maseda, Grupo Decoro
LA HABANA, abril (www.cubanet.org) - En el recién concluido IV Pleno
del Comité Municipal de la Unión de Jóvenes Comunistas
(UJC), en la Isla de la Juventud, se hizo evidente el desinterés de la
juventud cubana en pertenecer a esa organización política.
Hace dos años que nadie ingresa en alguno de los 79 comités de
base de la UJC en el municipio especial (periódico local Victoria,
feb-2002).
Pedro, un joven de 19 años, egresado de pre-universitario, opina: "En
Cuba, cada día que pasa las cosas se dificultan más. Sobre todo
para los jóvenes. Yo tengo intenciones de abandonar definitivamente el país
cuando concluya el servicio militar general. Espero que me llamen este año
porque no opté por carrera en la universidad. Mi padre emigró a
los Estados Unidos hace una década y me va a reclamar. Yo estoy dispuesto
a cambiar mi vida totalmente y aspirar a un futuro mejor al que tendré en
cuba. Aquí no hay perspectivas de ningún tipo. A la UJC no ingreso
ni loco. En varias ocasiones algunos militantes han hablado conmigo para que lo
haga, pero me les escapo con fuertes razonamientos: mis creencias religiosas,
falta de tiempo, problemas familiares. En esa organización el lenguaje
utilizado es trabajo, trabajo y más trabajo, sin ningún tipo de
estímulo".
Simultáneamente se observa en los órganos que tiene la UJC en
aquella localidad, el deterioro progresivo que experimentan sus estructuras.
Sobre este particular nos habla un militante, miembro de la organización
desde hace cuatro años. Héctor tiene 24 años:
"Cada vez somos menos los militantes que asistimos a las reuniones. De
las movilizaciones políticas, ni hablar. Muchos nos justificamos con
cualquier ardid para no estar presentes. Es demasiada la caraga. La llamada "Batalla
de ideas" somos los jóvenes comunistas quienes la cargamos a la
espalda, como un Atlas moderno. Otros son los que empujan y nosotros recibimos
los golpes. Sin embargo, las críticas por nuestras deficiencias aumentan.
Las exigencias para que nos empleemos más a fondo también. No se
puede más. Hasta el chicle, por mucho que lo estiremos, llega a romperse.
Muchos no pagamos la cotización mensual, y es una manera de liberarse de
la UJC sin mancharte mucho el expediente, ni complicar demasiado tu futuro si
decides quedarte en Cuba. Es más cómodo estar en el montón
y no en la vanguardia comunista. Poseer esta última condición es
arrastrar el cepo de los esclavos".
Lo cierto es que muchos miembros de la organización juvenil acumulan
deficiencias en sus últimos años de militancia, con toda intención,
para quedar desactivados en el análisis general que se les hace, y no
pasar por vía directa a las filas del Partido Comunista.
Mientras más confiamos en quienes nos engañan, más
desconfiados nos volvemos después, al analizar los hechos con
profundidad.
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