Se encarecen
las hortalizas y los vegetales en Cuba
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, abril (www.cubanet.org) - Por todos los medios de difusión,
en las escuelas y los centros de trabajo de Cuba se lleva a cabo una intensa
campaña para incrementar el consumo de hortalizas y vegetales. Asimismo
se anuncia el aumento en las producciones de estos productos agrícolas
mediante la utilización de mayores áreas de tierra en los organopónicos
y huertos intensivos, destinándose para ello fuertes inversiones.
Paradójicamente, a pesar de los reiterados anuncios de logros en la
producción de hortalizas y vegetales, y de las consignas para estimular
el consumo de estos productos, sus precios suben a niveles estratosféricos
incluso en los mercados controlados por el Estado.
Esto puede apreciarse si se comparan los precios de venta en abril de 2001
de las hortalizas en los mercados agropecuarios estatales, pertenecientes al
sistema del Ministerio de la Agricultura, con los precios máximos fijados
en abril de 2002 publicados por el periódico Tribuna de La Habana para
que rigieran en la capital del país.
Del análisis puede concluirse un incremento de precios del 72 por
ciento en el conjunto de hortalizas y vegetales. Llaman mucho la atención
las alzas en el tomate, que de un peso la libra ha pasado a tres pesos como
precio máximo. El ajo de 3.50 por libra a ocho pesos. La cebolla de tres
pesos la libra a seis pesos.
Ciertamente, la lista de este mes de abril se refiere a precios máximos,
por lo que se encuentran lugares donde las cotizaciones son inferiores, como en
el caso del tomate que puede ofertarse a dos pesos la libra en el sistema de
mercados del Ministerio de la Agricultura. Sin embargo, lo frecuente es la
oferta de esos productos a sus niveles superiores.
Además, no son sólo las hortalizas y los vegetales los que han
subido de precio. También en los frijoles se observan elevaciones: en el
frijol negro 11 por ciento, en el frijol colorado 10 por ciento. También
se aprecian alzas en los precios de las viandas: boniato, 11 por ciento; malanga
guaguí, 4 por ciento; malanga chopo, 33 por ciento, ñame, 46 por
ciento, y plátano burro, 33 por ciento.
En el mercado agropecuario no estatal, donde rige la ley de la oferta y la
demanda, los precios también han ascendido, aunque debe resaltarse que la
calidad de los artículos ofertados es superior y la variedad mucho más
amplia.
Por otra parte, con la desvalorización del peso cubano durante el último
trimestre del pasado año en un 22 por ciento, para los cubanos que no
reciben dólares y tienen que adquirir los pesos convertibles a fin de
poder comprar artículos esenciales en las tiendas de divisas, se han
incrementado los precios en estas tiendas en igual magnitud.
Este proceso de elevación de los precios de los alimentos y otros artículos
esenciales ha ocurrido sin una contrapartida en el aumento de los ingresos de la
población, por lo que este proceso ha significado un apreciable deterioro
del nivel de vida para la mayoría de los cubanos, en especial para
aquellos sin acceso al dólar.
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