Viajar es un
sueño
Lucas Garve, CPI
LA HABANA, abril (www.cubanet.org) - Cualquier viaje emprendido desde La
Habana no comienza en el asiento del medio de transporte escogido. En realidad,
empieza en el instante preciso cuando usted trata de identificar la última
persona de la cola para la compra de pasajes.
Para viajar desde La Habana hacia un destino en provincias es necesario
acudir a una de las agencias de venta de pasajes ubicadas en la capital. De esta
manera, podrá reservar su asiento con dos semanas de adelanto. Las
opciones restantes, sólo dos, son valederas si se está dispuesto a
pagar el servicio de transporte en dólares o en pesos convertibles:
Primera, en la terminal de ómnibus de La Habana hay una pequeña
oficina donde se puede adquirir pasajes en dólares para cualquier
destino. Segunda, se puede pagar una plaza en cualquiera de los taxis de turismo
que esperan por completar el número de pasajeros (cuatro), en un costado
de la terminal de ómnibus. También puede optar por la primera
solución citada en la terminal de ferrocarril.
Desde que el transporte automotor por carretera decayó abruptamente,
la transportación de pasajeros por ferrocarril aumentó lo
suficiente para convertir a este medio en el más frecuentado por los
viajeros cubanos.
En 1994, utilizaron el servicio de trenes 31,3 millones de pasajeros, y estábamos
en pleno período especial. Sin embargo, en 1997 la degradación y
salida de uso del parque ferroviario utilizado en la transportación de
pasajeros fue tan acentuada que solamente transportó a 19,6 millones de
pasajeros y en el 2000 continuó en descenso, pues alcanzó una
cifra de 15,1 millones de pasajeros.
Por otra parte, lo trenes aumentaron los coches en el 2000, año en
que cada tren estaba compuesto por 25,7 vagones como promedio, mientras que en
1994 la cifra era sólo de 19,6 vagones. Esto se debe en buen sentido a
que el número de locomotoras promedio en servicio descendió de 40
en 1994 a 12 en el 2000.
Estos datos revelan la caída del servicio del transporte de pasajeros
por tren exclusivamente. A pesar de esta situación crítica
sostenida por más de un decenio, la inversión estatal en el
transporte, almacenamiento y comunicaciones llegó solamente al 10,6 por
ciento del total de inversiones entre 1995-2000.
Si se tiene en cuenta que el servicio ferroviario constituye el medio masivo
utilizado por la mayoría de cubanos, se podrá concluir que viajar
en Cuba es casi un sueño anhelado por muchos.
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