Las pruebas
siguen sin aparecer
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, abril (www.cubanet.org) - El periódico Granma, en
editorial que ocupó toda su primera plana el mes pasado, acusó al
señor Jorge Castañeda, secretario de Relaciones Exteriores de México,
de ser el culpable de la repentina salida del jefe de la delegación
cubana cuando participaba en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Financiación para el Desarrollo, efectuada en la ciudad de Monterrey, así
como de urdir supuestas conjuras internacionales contra el gobierno cubano en
contubernio con el Departamento de Estado norteamericano.
De estas acusaciones, según aseguró Granma en su editorial, "Cuba
posee pruebas irrebatibles de todo lo ocurrido que barrerían cualquier
duda". Al final del largo escrito se lee: "No pedimos otra cosa que el
cese de las provocaciones, insultos, mentiras y macabros planes del señor
Castañeda contra Cuba. De lo contrario, no quedará otra
alternativa que divulgar lo que no hemos querido divulgar y hacer polvo sus
falsos y cínicos pronunciamientos, cueste lo que cueste. ¡No lo
olvide nadie!".
Las autoridades mexicanas calificaron de infundados los ataques formulados
en el editorial, así como otros efectuados por funcionarios cubanos, y
reclamaron las tan anunciadas "pruebas irrebatibles".
Sin embargo, aunque ya ha pasado bastante tiempo del incidente de Monterrey
y de la amenaza insertada en el editorial, que se conozca, las pruebas no han
sido presentadas. Por el contrario, se evidencia un completo silencio sobre este
tema en la prensa cubana y se han acallado de pronto todas las descalificaciones
prodigadas diariamente al señor Castañeda.
Ello indica que el propósito de desestabilizar al gobierno mexicano
con falsas acusaciones de estar sometido a los dictados estadounidenses han
fracasado, y que las supuestas pruebas no son más que invenciones sin
fundamento destinadas a crear un clima de confusión en la opinión
pública de México.
El régimen de La Habana, desesperado ante los cambios democráticos
que han venido sucediéndose en la sociedad de la hermana república,
lógicamente reflejados en su político exterior, mediante esta
maniobra ha tratado, sin lograrlo, de entorpecer la labor de la administración
del presidente Fox con la intención de desacreditarla y dividirla.
Para la mentalidad totalitarista implantada en Cuba desde hace tantos años,
resulta insoportable que el presidente Fox y su canciller se hayan reunido con
opositores pacíficos durante su reciente visita a la isla. Mucho más
que aboguen por el pluralismo y el respeto universal de los derechos humanos.
En su concepción fosilizada del mundo, varada en los tiempos de la
guerra fría, todo aquel con una posición enfocada al diálogo
constructivo y respetuoso de las ideas ajenas es visto (por el gobierno de Cuba)
como un enemigo peligroso al que debe destruirse.
Parece que en este lamentable episodio de las relaciones cubano-mexicanas
las "pruebas irrebatibles" nunca aparecerán. Por ello será
recordado como un ridículo más de un gobierno obstinado en
desconocer los tiempos que corren.
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