Publicado el 5 de abril de 2002 en
El Nuevo Herald.
Una escuela atiende a niños con limitaciones físicas
Carlos Batista / Ap. La Habana
Desde su silla de ruedas que la acompaña de por vida, una niña
de 10 años con dificultades en la dicción anuncia un ballet:
''Bailar no importa cómo, lo que importa es bailar'', una frase que puede
ilustrar la filosofía de la escuela especial de La Habana para niños
con limitaciones psico-motoras, prepararlos para la vida.
La escuela trata de ''preparar al niño, preparar a los padres y
preparar a la escuela común'' para recibirlos luego de su egreso, dijo la
directora Esther de la O Ochoa, quien tiene más de 30 años de
experiencia en docencia especial en Cuba.
Fundada el 31 de diciembre de 1989, la escuela Solidaridad con Panamá
es la primera de un proyecto de tres a nivel nacional que la crisis económica
de los años 80 impidió construir en la isla.
En Cuba existen 429 escuelas especiales para tratar a niños con
diferentes discapacidades, pero las psico-motoras resultan las más caras
de mantener, según cifras oficiales del presupuesto estatal.
Yulesis Hernández, de 19 años, nació sin brazos y después
de ocho años en la escuela cursa actualmente el noveno grado con aplicación.
Escribe con sus pies. ''Quiero ser abogada o secretaria'', dice la joven.
Antes de ir a la escuela, los niños pasan por un período hasta
los seis años por hospitales especiales, como el ''Julito Díaz'',
ubicado frente a la escuela, en el barrio Fontanar de La Habana.
Después hacen un tránsito de varios años por la escuela
especial, período cuya duración depende de su patología.
Algunos con parálisis cerebral completa, aprenden a sentarse, ponerse de
pie, gatear y comer solos.
El claustro de profesores señala con orgullo que nueve egresados de
la escuela especial cursan en estos momentos estudios universitarios.
''Aquí está lo ideal (en la escuela), afuera (en la calle) está
lo real'', dice una de las maestras del centro, para explicar que no basta con
el aprendizaje académico o motor.
Ofensiva contra la venta de computadoras
Wilfredo Cancio Isla. El Nuevo Herald
Cuba asegura que está impulsando un colosal esfuerzo para socializar
la informática y la computación, pero las más recientes
disposiciones estatales parecen ir en dirección opuesta.
Las ventas de accesorios y piezas de computación que la población
podía adquirir en dólares en algunas tiendas habaneras desde
mediados del 2001, fueron suspendidas a comienzos de este año en virtud
del decreto oficial 383/2001.
De acuerdo con la disposición, ''las computadoras, equipos de impresión,
mimeógrafos, fotocopiadoras y otros medios de impresión masiva''
no podrán continuar vendiéndose a asociaciones, fundaciones e
individuos si no cuentan con una autorización especial del Ministerio de
Comercio Interior.
Incluso fue desmanelado un establecimiento especializado en computación
que abrió sus puertas del pasado año en el centro comercial de
Carlos III, en La Habana.
Para muchas personas --incluyendo miembros de la disidencia interna y la
prensa independiente-- que habían acariciado la idea de ''componer una
computadora a pedazos'', la medida constituye un retorno al punto cero.
''Evidentemente esto ha afectado los planes futuros de nuestros
colaboradores y de las personas en general'', señaló Rosa Berre,
vicepresidenta de la agencia Cubanet en Miami. "La gente estaba armando las
computadoras por partes, y hasta se llegaban a conseguir a un precio entre los
$1,500 y $2,000''.
En los últimos meses, Cubanet logró dotar a sus colaboradores
de 13 máquinas de fax para facilitar los envíos de informaciones
desde la isla, pero otras iniciativas han quedado ahora truncas.
Reiteradamente las autoridades cubanas han confiscado máquinas de fax
y computadoras a los miembros del movimiento opositor, aunque el régimen
insiste en que las limitaciones para el masivo uso de las tecnologías son
económicas y no políticas.
Para analistas dentro y fuera de la isla, la puesta en práctica del
decreto es un paso que acentúa las paradojas del panorama cibernético
cubano. Mientras que por un lado el gobierno invierte cuantiosos recursos en
programas de computación para centros de trabajo, escuelas primarias y
clubes juveniles, mantiene a la vez severos controles sobre el acceso privado de
las personas a las computadoras y a la intenet.
''Se trata de una contradicción garrafal'', opinó desde La
Habana el disidente Elizardo Sánchez Santacruz. "Es como si se enseñara
a la gente a leer y luego no se le permitiera comprar libros''.
Durante una convención informática celebrada a comienzos de año
en La Habana, el vicepresidente cubano Carlos Lage abogó por "el uso
masivo de las tecnologías como condición indispensable para el
desarrollo''.
El Ministerio de la Informática y las Comunicaciones (MIC) reportó
en el 2001 un total de ventas de $664.7 millones, y ha previsto para este año
un plan de exportación de no menos de $15 millones, fundamentalmente de
servicios y productos informáticos.
Según cifras oficiales, el pasado año se incorporaron en el país
220,000 computadoras y los sitios cubanos en la internet llegaron a 320. Sin
embargo, la casi totalidad de beneficios se destinan a dependencias estatales.
Reaparece Elián con Castro
Efe. La Habana
El niño cubano Elián González reapareció ayer
junto al gobernante Fidel Castro en un acto público con motivo del 40
aniversario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Elián, de ocho años, subió al escenario del teatro Karl
Marx de La Habana llevando de la mano a su hermano Gianni, de tres, para saludar
y besar a Castro.
El niño y su familia fueron invitados especiales al acto junto con
los padres del turista italiano Fabio di Celmo, quien murió en un
atentado contra un hotel en 1997.
Al mismo tiempo, un cable de la Agencia France Presse expresó que el
niño náufrago Elián González y su familia no logran
tener la privacidad que desean, ya que su intimidad es quebrada a veces por
personas atraídas por la historia del menor, admitió su padre,
Juan Miguel González.
'Yo me siento como la persona común que siempre fui. No pienso haber
cambiado en nada. Ahora es un poco distinto. Todo el mundo te conoce y uno se
siente 'cortado', eso me ha frenado algo, porque sigo siendo el mismo'', dijo
González en una entrevista en el diario Juventud Rebelde. |