Soy un bicho
raro donde vivo
Tania Díaz Castro
LA HABANA, abril (www.cubanet.org) - He comenzado a darme cuenta de que soy
un bicho raro en la cuadra donde vivo hace menos de un mes. No juego a la lotería,
no lanzo el agua de la limpieza por el balcón, no grito palabras
obscenas, no vendo maní ni caramelos de forma oculta, no hago tamales con
carne de puerco para vender al pie de una escalera a la caída del sol, no
pertenezco al Comité de Defensa de la Revolución, no converso
durante horas con los vecinos en una esquina, no vendo nada de un almacén
estatal ...
Para colmo, escucho los discursos de Fidel Castro en la televisión,
soy opositora al régimen y periodista independiente, e incluso mis
vecinos comentan que mis escritos yo misma los leo para Radio Martí.
¿Soy o no soy un bicho raro donde yo vivo?
El otro día, por ejemplo, exactamente el miércoles 27 de
marzo, el jefe de Estado Fidel Castro ofreció un discurso a la población
por espacio de tres horas para anunciar que el dengue había desaparecido
en Cuba. Ese día estaba programado que en ese mismo canal de la televisión
se transmitiera a las 9 y 15 de la noche el capítulo 84 de la telenovela
Tierra Brava. Sin embargo, el gobernante cubano siguió hablando del
mosquito pasadas las diez, las once, las doce y la una de la madrugada... Casi
a las doce decidí irme a la cama. Estaba cansada de escuchar lo mismo.
Antes me asomé varias veces al balcón con el fin de saber quiénes
escuchaban al máximo líder. La cuadra estaba en un total silencio.
A la mañana siguiente se comentaba que la novela había sido
transmitida a las dos de la madrugada, a pesar de que se trataba de días
laborables. Alguien gritó en plena calle que se trataba de una falta de
respeto, de consideración, y comenzaron a llamar al Instituto Cubano de
Radio y Televisión (ICRT) pidiendo la reposición del capítulo
84, puesto que a las dos de la madrugada nadie lo había visto.
Una amiga fanática de la novela me hizo saber que cuando llamó
al teléfono 832-5868 una joven le pidió que se quejara al Comité
Central del Partido Comunista, pues la orden de poner la novela a esa hora de la
madrugada había sido de Fidel Castro.
Por suerte para todos, el capítulo 84 de Tierra Brava fue
retransmitido el viernes 29 de marzo, a la hora prevista y sin ningún
comentario adicional.
Lo curioso de todo esto es que ese día 27 se pudo comprobar que la
gran mayoría de la población ni escuchó a Castro ni vio cómo
la Niña Lala declaraba su amor a Nacho Capitán, dueño de
Tierra Brava.
También lo cierto es que yo fui una de las pocas personas que pudo
atrapar la novela, un poco antes de las dos de la madrugada. ¿Soy o no soy
un bicho raro donde vivo?
Pero la historia no termina aquí.
Cuando la policía política de Castro ponga en práctica
su vieja estrategia de dejar caer entre mis vecinos que, en vez de disidente,
soy una espía del Comandante en Jefe, para que me miren de reojo como con
miedo y ni se acerquen mis vecinos, entonces sí seré más
bicho raro aún, mucho peor que un extraterrestre.
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