¿Abril
sin azúcar?
Manuel David Orrio, CPI
LA HABANA, abril (www.cubanet.org) - Prácticamente bajo un manto de
silencio tendido por la prensa oficiosa, la campaña azucarera cubana
correspondiente a este año ha llegado al mes de abril con sólo
tres provincias que han logrado producir la cifra de 300 mil toneladas cada una.
Tal fue el escueto anuncio dado por la televisión, que por lo general
reporta estas noticias en su último segmento informativo como para que se
enteren los menos.
Nada más tres provincias con ese resultado productivo a la altura de
abril hace pensar seriamente en que la cosecha actual no llegará a los
tres millones 500 mil toneladas alcanzados en la pasada zafra, lo cual de por sí
fue la evidencia del fracaso al no cumplirse lo planeado.
De este modo, lo que parece sobrevenir no sólo es el incumplimiento
del plan previsto para el 2002 (si en verdad lo hubo, porque no se informó
a la opinión pública), sino además la constatación
de que la agroindustria azucarera de Cuba sigue en su marcha cuesta abajo.
Juan Varela Pérez, principal comentarista azucarero de la prensa
oficiosa, afirmó recientemente que poco de lo observable tiene relación
con las secuelas del huracán Michelle, que pasó por la isla el año
pasado y causó serios daños en los campos de caña, al "encamar"
unas 40 mil caballerías de ese cultivo. Según él, los daños
se localizan en las provincias Matanzas, Villaclara y Cienfuegos, por lo cual
pocas justificaciones existen para las vicisitudes por las que atraviesa la
zafra en el resto del país.
Por otro lado, el comportamiento del clima a lo largo del período de
cosecha ha sido bueno en general. Puede que en algunos territorios, que en
algunos complejos industriales no haya sido así. Pero, en general, para
este año el gobierno de Fidel Castro no contará con el recurso
manido de achacar a las lluvias el tiempo perdido. En esta ocasión el
clima muestra algo ya señalado por este periodista: cuando no llueve, los
verdaderos motivos de por qué la isla ha paralizado sus producciones
azucareras en menos de tres millones 800 mil toneladas salen a flote. Varela Pérez
ya está adelantando algo, aunque no se mencionan cifras, se reconocen
elevadas pérdidas por roturas e interrupciones y se cuentan con los dedos
de la mano -y sobran- aquellas provincias cuyo aprovechamiento de la norma
potencial de molida supera el 73 por ciento de la capacidad en operaciones, lo
cual avisa de algo bien conocido: no existe caña para moler a capacidades
del 80 por ciento como mínimo.
Abril, parece, no traerá flores para la actual cosecha azucarera.
Además, es un mes incierto en el aspecto climático, por lo que
permanece entre signos de interrogación el éxito de alguna de esas
"ofensivas finales" tan características a la economía
cubana, en virtud de las cuales pretende hacerse en un mes lo que no se logró
en cuatro.
Poco a poco, sin embargo, se va conociendo la magnitud de la crisis que,
como mal de origen, tiene serios problemas de estrategia los cuales comienzan
por indefiniciones referidas a cuánta superficie sembrada de caña
debe haber en Cuba. La prensa oficiosa señaló como logro el haber
aumentado esa área en poco menos de tres mil caballerías, cuando
un análisis a punta de lápiz revela que en las actuales
condiciones de mercado y posibilidades productivas a Cuba le "sobran"
no menos de 20 mil que debería dedicar a otros cultivos.
Tales indefiniciones dicen mucho. La agroindustria azucarera de Cuba
necesita concentrar sus capacidades y pasar de un modelo extensivo a otro
intensivo, lo cual implica el severo abordaje de problemas como el que tal paso
de Rubicón traerá, el principal el desempleo.
Entretanto, el tiempo pasa. José Martí escribió en uno
de sus poemas que "Abril sus flores abría". No lo dudo, pero
por ahora sin azúcar.
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