CUBANET... INTERNACIONAL

Abril 3, 2002



Vladimiro Roca y su mala suerte

Angelica Morabeals. El Nuevo Herald, abril 3, 2002.

¿Qué privilegios tuvieron, que yo no gocé jamás? -- La vida es sueño, Calderón de la Barca

Yo, Vladimiro Roca, llevo 1,710 días preso, estuve 3 años en aislamiento y tengo la mala suerte de no ser talibán. -- Prisión de Ariza, Cienfuegos, Cuba

Magali de Armas, esposa de Vladimiro Roca, conversó telefónicamente conmigo desde La Habana para hablarme de su marido, el prisionero de conciencia más famoso de Cuba, quien lleva casi cinco años encarcelado en la isla y a quien sólo puede visitar una vez al mes, por espacio de una o dos horas.

Habíamos conversado antes, pero ahora queríamos retomar el tema de Vladimiro debido a la oportunidad ofrecida por el nuevo período de sesiones de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. El tema de Roca en Ginebra tendría que ser uno de los destacados en el intenso cabildeo que conlleva la gestación de un proyecto de resolución condenando a Cuba para el 8 de abril, y que sería llevado a votación a mediados del mismo mes.

Magali me decía: "Luego que lo visito, a mi regreso, voy de inmediato a hacer cola de más de siete horas para reservar el pasaje para la siguiente visita... y comenzar a rasguñar lo que se pueda para llevarle algo de comer. Eso sí, quiero destacar que la oposición en Cienfuegos y otras personas me han ayudado a sobrevivir estos años''.

Hoy, ante la preocupación de la prensa mundial y los organismos de derechos humanos frente a los prisioneros talibanes que se encuentran en la Base Naval de Guantánamo, la queja de Vladimiro Roca retumba con fuerza, como el monólogo de Segismundo en el clásico La vida es sueño:

Ay mísero de mí, ay infelice. / Apurar, cielos, pretendo, ya que me tratáis así. / ¿Qué delito cometí contra vosotros naciendo?

El ''delito'' de Vladimiro fue escribir y dar a la publicidad un documento titulado La patria es de todos y haber nacido en Cuba al igual que los otros cuatro disidentes, Marta Beatriz Roque Cabello, Félix Bonne Carcasés y René Gómez Manzano, quienes ayudaron a redactar el escrito. El llamado Grupo de los Cuatro pedía en el documento elecciones libres, democracia y respeto a las libertades fundamentales del hombre. El grupo fue encarcelado, y después de algunos años, tres de sus integrantes fueron puestos en libertad.

Sólo quedó en la prisión Vladimiro Roca Antúnez. ¿Por qué el ensañamiento de las autoridades castristas contra este disidente en particular?

Bueno, Vladimiro no es un opositor desconocido. Es hijo de Blas Roca Calderío, quien fue un comunista histórico, miembro del Partido Socialista Popular, que era como se llamaba el partido comunista en Cuba en la época antes de la revolución.

Vladimiro ante el régimen es un traidor a esa revolución y merece según éste, como escarmiento, cumplir por completo su condena de cinco años de prisión por el delito de ''propaganda enemiga y exhortaciones subversivas''. De nada han valido pedidos hechos por algunas organizaciones europeas y el Papa Juan Pablo II. Aunque hay que aclarar que la opinión internacional nunca ha mostrado el interés por el opositor que tiene para con los casi 300 prisioneros de Al Qaida, en la base Naval de Guantánamo, ante el temor de que puedan estar siendo ''humillados o degradados''. La diferencia de estos prisioneros y los presos de Cuba es que los talibanes están acusados de ser terroristas, mientras que los 210 cubanos --cifra entregada en el último informe de Elizardo Sánchez Santa Cruz, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional-- están encarcelados por pedir democracia y respeto a los derechos humanos.

Magali de Armas dice que ha luchado todo este tiempo por la libertad de Vladimiro. La prisión, señala, ha repercutido mucho en su salud y en su familia: "Hemos enfrentado dificultades muy grandes, dificultades que nadie es capaz de imaginar... y ha habido oportunidades en que en mi casa no hemos tenido qué comer''.

Agrega Magali que el tratamiento durante las visitas a la cárcel de Ariza es riguroso. Subraya que la salud de Vladimiro es de cuidado debido a lesiones pulmonares, acrecentadas por un asma crónica, debido a lo húmedo de la celda. El activista sufre además de hipertensión, agravada por tres años en aislamiento.

Manifiesta que los problemas de su esposo requieren que se le ponga en un lugar con buena ventilación, dieta adecuada y mucho sol. Y señala: "Definitivamente no cuenta con nada de eso''.

Prosigue Magali narrando: "Vladimiro en la última visita me dijo, en medio de su frustración, que le gustaría ser talibán para poder ver la luz del día y sentir el sol después de tanto tiempo...''

Ahora, sólo quedan tres meses para cumplir la condena completa... Termina diciendo Magali: "Tres meses que para él significan tres años, porque la prisión es muy larga para los que están allá adentro. Vladimiro me dijo que los que están fuera lo ven desde otro punto de vista... Dicen: tres meses se van volando, pero para él, un día allí significa una eternidad. Nosotros daríamos cualquier cosa para que Vladimiro saliera mañana mismo''.

En Ginebra, donde representantes de más de cincuenta naciones analizan una vez al año, con el rostro sombrío, las violaciones de los derechos humanos en el mundo, deberían tomar en cuenta a éste y otros prisioneros de conciencia de Cuba.

Periodista chilena.

© El Nuevo Herald

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