Aristas de
la problemática laboral cubana
Víctor Rolando Arroyo, UPECI / CubaNet
LA HABANA, septiembre - Aproximadamente 2,5 millones de trabajadores cubanos
cobran como promedio de salario 37 centavos de dólar por día, lo
que equivale a unos ocho pesos. Con esta cantidad deben enfrentar los gastos
familiares en una economía caracterizada por la escasez y los altos
precios de los productos.
Estos 2,5 millones de trabajadores representan el llamado sector emergente
de la economía, sindicado como el más beneficiado, y en el que el
régimen de Fidel Castro depositó sus esperanzas para salir de la
crisis.
Fuentes oficiales aseguran que esta cantidad de trabajadores se ha
beneficiado en los últimos doce años con el incremento del 30,7
por ciento del salario mensual promedio, el que sitúa en 247 pesos, o sea
11.2 dólares al cambio vigente.
Lo preocupante es que se desconoce en qué cuantía aumentaron
en igual período los costos de los alimentos, de los artículos
industriales, del transporte y de otros productos o servicios imprescindibles
para mantener un nivel de vida aceptable, que a todas luces se deteriora y lleva
al trabajador cubano a sobrevivir en límites de miseria.
Ahora el gobierno de Castro se empeña en dar cifras sobre el aumento
del número de empleos creados, principalmente en el sector agrícola
y de la administración local, que por lo general son de poca durabilidad
debido al caos productivo que impera en el país.
Un reciente evento de especialistas en cuestiones laborales reconoció
que hay atrasos significativos en la capacitación de los trabajadores, así
como en la organización y normación del trabajo, que estimulan el éxodo
en todas las esferas de la producción y los servicios.
El propio ministro del Trabajo admitió que existe negligencia en la
seguridad y salud del empleado cubano debido al insuficiente conocimiento y
preparación de los funcionarios y especialistas, lo que se ha constatado
en diferentes inspecciones.
Por otro lado, los sindicalistas independientes cubanos están
preocupados por el creciente auge de los accidentes fatales en la actividad
laboral, a lo que se une el aumento de los actos delictivos en centros de
producción y servicios.
Estos problemas, entre otros muchos, impactan al sector laboral y también
desmoralizan a su componente humano.
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