Aumenta el
hurto y sacrificio ilegal de ganado mayor en Cuba
Oscar Espinosa Chepe / CubaNet
LA HABANA, septiembre - El hurto y sacrificio ilegal de ganado mayor crece
este año. A esta conclusión arribó la Comisión de
Defensa de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en audiencia pública
realizada el 20 de septiembre en la cooperativa de producción
agropecuaria "José M. Lazo", en Los Palacios, provincia de
Pinar del Río.
Aunque no se ofrecieron las cifras nacionales de los casos de hurto y
sacrificio ilegal de ganado mayor en el transcurso del año, sí se
informaron las referentes a Pinar del Río. En esta provincia, al término
de agosto sumaban 1,972 los hechos delictivos, comprendidos vacunos y equinos,
frente a 1,940 en todo el año 2000.
En su conjunto, la ganadería mayor es la actividad agropecuaria que
peor se encuentra, con la continuada disminución de la masa, como se
muestra en la tabla siguiente, confeccionada con los datos disponibles.
EXISTENCIA DE GANADO MAYOR
Unidad: miles de cabezas
Censo de
|
1967
|
1988
|
1999
|
Relación
1999/1967 (%) |
Ganado vacuno
|
7172,0
|
4926,8
|
4405,8
|
61,4
|
Equidos*
|
737,7
|
665,1
|
461,0
|
62,5
|
De ellos:
Equinos
|
697,6
|
630,1
|
430,4
|
61,7
|
(*) Incluye ganado equino, mular y asnal
Fuente: Anuarios Estadísticos de Cuba
Como puede apreciarse, el ganado vacuno decreció en 38,6 por ciento,
mientras el équido en un 37,5 por ciento. Ello indica que en ambos casos
más de la tercera parte de la masa desapareció en el período
analizado: tendencia agudizada en los años 90 con la crisis pero que ya
se apreciaba mucho antes, según señalan las estadísticas
oficiales.
En esta reducción de la masa interviene el hurto y sacrificio ilegal,
sobre todo en los años del período especial, cuando a la falta de
atención al rebaño se unió la aguda escasez de alimentos
para la población, que ha estimulado y hecho más lucrativa esa
actividad delictiva.
No obstante, este factor no es el único que ha deteriorado la riqueza
ganadera del país. También está presente la alta tasa de
mortalidad por varios motivos. En primer lugar, debe subrayarse la carencia de
recursos de todo tipo para la ganadería, destacándose el déficit
de pastos a causa de la pérdida continua de áreas que, sin
mantenimiento, han sido invadidas por la maleza, lo que además dificulta
el control y por consiguiente facilita el hurto y sacrificio de las reses y
otros animales.
A lo anterior se suma el deficiente cuidado de los terneros desde su
nacimiento, pues por lo regular ni siquiera reciben la cantidad de leche
requerida para su desarrollo normal. Ello se debe a las precarias
disponibilidades de este producto vital, que es priorizado para el consumo de la
población. Como resultado, los animales crecen débiles, presas fáciles
de enfermedades, lo que ocasiona altos índices de mortalidad.
Existen más problemas para la ganadería cubana, como los bajos
salarios y malas condiciones de trabajo de los ganaderos, que desempeñan
una labor de gran abnegación; los precios de acopio de la leche, y en
particular de la carne que, aunque aumentados en los últimos tiempos,
todavía no compensan los esfuerzos y sacrificios que demanda la cría
del ganado.
En estas condiciones los llamados a la sistematicidad en la lucha contra el
hurto y el sacrificio ilegal del ganado mayor formuladas en la audiencia pública
de la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional del Poder Popular, al
igual que en otras oportunidades, tendrán consecuencias nulas porque no
se dirigen a las raíces del problema.
Al ritmo actual de disminución de la masa ganadera, en período
de tiempo no muy prolongado sólo quedarán fotografías y
recuerdos de lo que un día fue una de las principales riquezas de Cuba.
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