El que no la
debe no la teme
Víctor Rolando Arroyo, UPECI / CubaNet
PINAR DEL RIO, septiembre - Luego de los trágicos acontecimientos del
11 de septiembre en New York, Washington y Pennsylvania es de esperar la
respuesta contundente de las democracias contra los partidarios del terrorismo.
Apenas transcurrieron unas horas de los ataques terroristas cuando el
gobierno de Fidel Castro pidió cordura, y comenzó en los medios
nacionales la acostumbrada algazara de la propaganda política del régimen.
Se aboga por un diálogo o algo parecido.
Pero los autores de esos actos criminales (sea Osama bin Laden o cualquier
otro) ¿acaso merecen paños tibios? ¿Por qué alarmarse
entonces con los preparativos estadounidenses?
Es conocido que tras el fin del enfrentamiento este-oeste persisten
organizaciones e individuos belicosos que con el terrorismo piensan imponer sus
pretensiones políticas.
A cada rato hay noticias que informan sobre las conexiones de terroristas
notorios con políticos que dicen no compartir el procedimiento de
aquellos.
Analistas independientes opinaron en Pinar del Río que los ataques
del 11 de septiembre no mellaron en nada la capacidad militar de Estados Unidos,
y el hecho de que a más de una semana del siniestro no hayan dado ni
siquiera un golpe a manera de respuesta indica que impera la cordura. No por
gusto el general Wesley Clark predijo operaciones simultáneas y precisas.
Pero, ¿qué pasará si los terroristas tienen sus bases
junto a poblados, escuelas, hospitales u otras instalaciones civiles?
Pues aún así debe hacerse la cirugía necesaria, porque
el mal ha llegado lejos, ha perforado el muro erigido por las democracias.
Lo que ocurra en las próximas semanas debe ser preciso y
ejemplarizante. Los terroristas, sus patrocinadores materiales o espirituales,
deben recibir el mensaje, deben quedar convencidos de que por muy traumáticas
que sean sus acciones la respuesta de la democracia será superior, y que
vencerá a pesar de las pérdidas humanas y materiales.
Mientras esto llega, el que no la debe no la teme.
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