BBC
Mundo. Miércoles, 19 de septiembre de 2001. Escribe el corresponsal
de la BBC en Cuba, Fernando Ravsberg.
Los cubanos han seguido con gran interés los acontecimientos en
Estados Unidos.
"No todo está perdido todavía", es el encabezamiento
de un comunicado oficial del gobierno cubano llamando a tomar medidas urgentes
para detener la posible guerra que se avecina.
"Tan grave como el terrorismo es que un estado proclame su derecho a
matar a discreción en cualquier rincón del mundo sin normas
legales, juicios y ni siquiera pruebas", advierten las autoridades de Cuba.
Se afirma además que la respuesta bélica norteamericana
destruiría el prestigio de EE.UU. y sólo serviría para
alentar aún más los odios que produjeron los atentados del pasado
11 de septiembre.
En esencia, el comunicado pide que la comunidad internacional intervenga
exigiendo a Washington que presente las pruebas y garantizando a los supuestos
culpables un proceso legal acorde a las normas internacionales.
Patente de corso
El gobierno cubano se pregunta si realmente lo que busca Washington es
justicia o esta utilizando los atentados para adjudicarse métodos,
prerrogativas y privilegios sobre el resto de los países del mundo.
"Se proclama abiertamente por algunos importantes funcionarios levantar
toda restricción al derecho de asesinar a cualquier persona por parte de
instituciones y funcionarios de Estados Unidos", dice la nota oficial.
Incluso -continúa el comunicado- políticos norteamericanos
proclaman el derecho a la utilización de criminales y delincuentes para
lograr estos fines punitivos.
La Habana recuerda que ya en el pasado esta política costó
millones de vidas, desde el asesinato de Patricio Lumumba en el Congo hasta
cientos de miles de asesinados, torturados y desaparecidos en América
Latina.
La nota advierte que algunos pronunciamientos de líderes políticos
estadounidenses y la introducción de estos métodos en la política
internacional, implican "el surgimiento de una tendencia fascista y
terrorista".
Colaboración EE.UU.-Cuba
Sin embargo y a pesar de estas duras críticas, la cancillería
cubana reconoció estar en contacto con el departamento de Estado y afirmó
que La Habana está dispuesta al intercambio en la medida en que este
pueda ser útil para ambos países.
A pesar de que Cuba integra la lista de Washington de países que
presuntamente dan cobijo a terroristas, las autoridades de EE.UU. admitieron que
solicitaron el apoyo de la isla.
La importancia de la información cubana puede estar determinada
porque su territorio fue utilizado en el pasado reciente para la entrada, entre
otros, de ciudadanos afganos a los Estados Unidos.
Al parecer, fue desmantelada una red que introducía a indios,
paquistaníes y afganos con el apoyo de funcionarios corruptos de
embajadas occidentales y de traficantes de personas en Miami.
Según algunas fuentes, varios de estos inmigrantes ilegales fueron
arrestados por las autoridades cubanas intentando viajar ilegalmente a los
Estados Unidos.
La guerra puede detenerse
El gobierno cubano pide la intervención de la Organización de
las Naciones Unidas con el fin de presentar al gobierno de Afganistán las
pruebas que existan contra Osama Bin Laden.
Además, dice el comunicado, la comunidad internacional podría
ser la garantía de que se celebre un juicio imparcial y que se mantenga
la equidad en el proceso, tal como exigen los gobernantes afganos.
La nota asegura que si existen estas pruebas y se garantiza el debido
proceso legal, los dirigentes religiosos de Afganistán no sacrificarían
inútilmente a su pueblo y el mundo se ahorraría ríos de
sangre.
Éste podría ser el primer gran paso para "un mundo sin
terrorismo ni crímenes impunes, una verdadera asociación mundial
de paz y justicia" de la cual "el pueblo norteamericano emergería
con enorme prestigio y respeto".
"Cuba apoyaría sin vacilación una solución de este
tipo", subraya el comunicado del gobierno de La Habana.
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