Publicado el lunes, 17 de septiembre de 2001 en
El Nuevo Herald
Agence France Presse. La Habana - El cardenal cubano Jaime Ortega Alamino
ofició ayer una santa misa en la Catedral de La Habana, en memoria de las
víctimas del ataque terrorista del 11 de septiembre en Washington y Nueva
York.
Unas 300 personas se congregaron en el principal templo católico
cubano, ubicado en la parte vieja de la capital, para asistir a los oficios
religiosos, en los cuales se llamó a la cautela y a que prevalezca la razón
en una eventual respuesta a esos actos.
"La injusticia siempre indigna, pero la justicia no se restablece con
el odio o la venganza, so pena de entrar en una incontrolada espiral de
violencia'', dijo el prelado desde el púlpito.
Entre los presentes se encontraban numerosos miembros del cuerpo diplomático
acreditado en Cuba, entre ellos funcionarios de la Oficina de Intereses de
Estados Unidos en La Habana, representantes de países de la Unión
Europea y naciones latinoamericanas.
También se pudo ver entre el público activistas de la
disidencia interna en la isla y miembros de grupos opositores.
Monseñor Ortega dijo que "la humanidad está amenazada no
precisamente por extraterrestres, sino por el hombre mismo'', y añadió
que "de la postura ética del hombre depende el futuro de la
humanidad''
"La inseguridad que el mundo experimenta hoy no proviene de la falta de
medios para defenderse o actuar, sino de la responsabilidad del hombre para
cuidar y engrandecer la Creación que Dios le ha confiado. Esta batalla se
gana o se pierde en el corazón del hombre y el triunfo depende de su
capacidad para amar y ser solidario'', opinó.
El pasado viernes monseñor Ortega dijo a la prensa que es necesario
evitar que "una espiral de violencia'' continúe en el mundo, a
partir de esos actos.
"Que no siga una espiral de violencia ahora, que pueda hacer sentir más
temor'', dijo el cardenal, quien se adhirió a los pronunciamientos del
papa Juan Pablo II.
El jueves, el Papa dijo en Roma que reza "para que ese acto inhumano
que ha afectado a Estados Unidos no debilite en los corazones de los pueblos del
mundo la firme voluntad de rechazar toda forma de violencia y de lucha contra
todo germen de odio y divisiones en la familia humana''.
Monseñor Ortega dijo que envió sus condolencias y solidaridad
en cartas remitidas a los cardenales de Nueva York, Washington y Boston.
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