CDR: conocer
cuanto dice y hace el ciudadano
Reinaldo Cosano Alén / CubaNet
LA HABANA, septiembre - El gobierno cubano efectúa un mayor control
sobre la ciudadanía empleando uno de sus conocidos brazos políticos:
los Comités de Defensa de la Revolución, conocidos por las siglas
CDR.
Se trata del VIII Ejercicio Nacional de Vigilancia efectuado en todo el país
del 5 al 7 de septiembre que, según versiones oficiales, está
encaminado a "perfeccionar la efectividad de los Destacamentos Populares de
Vigilancia Revolucionaria y del Destacamento Mirando al Mar", éste
referido a los cederistas que residen próximos a las costas marítimas,
ocupándose tanto del recalo de drogas que flotan como de impedir la
salida ilegal del país de ciudadanos que pretenden alcanzar la libertad
en otras tierras.
El citado ejercicio de vigilancia además de servir para tener a la
gente en tensión y ocupados en el enfrentamiento entre ciudadanos
mediante delaciones, este año incluyó el reforzamiento de lo que
se ha dado en llamar "enfrentamiento a las ilegalidades" que, como en
todo régimen totalitario, incluye la persecución implacable contra
los que hoy lindamente llaman "indocumentados", especialmente en la
capital del país, a donde de hecho por ley está prohibido
trasladarse.
En efecto, cualquier policía detiene a cualquier ciudadano que no esté
registrado como residente permanente o provisional en La Habana, que será
multado fuertemente y deportado a su provincia de origen. Son extranjeros en su
propio país. La tramitación para residir en la capital es tan
engorrosa y prohibitiva que muy pocos lo logran, aunque sean padres e hijos, o
esposos y esposas.
Esta desenfrenada y permanente persecución que tomó clímax
del 5 al 7 de septiembre como ejercicio más bien para comprobar y
corregir posibles fallos de los controles comprende otras ¿ilegalidades?
pasmosas atacadas muy duro, como es el de las personas, incluidos ancianos y
amas de casa, que para procurarse un poco de desahogo económico venden o
revenden alguna baratija o su ridícula cuota -cuatro onzas al mes- de café,
de cigarrillos o de tabacos, aún necesitándolas para subsistir. O
se dedican a la elaboración casera de comidas, pizzas, o venden frutas a
la puerta de la casa, semiescondidos, a quienes el gobierno ni les da la gana de
extender licencia comercial, por más que sean solicitadas, temerosos de
que el rígido control se les vaya de las manos en una vuelta al
capitalismo.
Llamados en sus orígenes hace 41 años Comités de
Vigilancia y después Comités de Defensa de la Revolución,
la función principal de los CDR siempre ha sido, y es, conocer cuanto
dice y hace el ciudadano.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
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