Mario Iván Carratú Molina.
Tal Cual Digital. Venezuela,
viernes 31 de agosto de 2001
Desde 1959, Fidel Castro fijó su objetivo revolucionario en América
Latina, República Dominicana y algunos países africanos.
Venezuela, país potencialmente próspero, recién salido de
55 años de gobiernos militares, de los cuales 45 de férrea
dictadura militar, fue su objetivo más codiciado; organizó una
estrategia de asalto a nuestro ingenuo país mintiendo y engañándonos
desde su primera visita el 23 de enero de 1959. Los venezolanos, por otra parte,
habíamos logrado reponernos a un elevado costo de esas dictaduras,
comenzaba un periodo de reunificación y reconstrucción
institucional. Nadie podía presagiar lo que ocurriría, falseado
hoy por el actual gobierno, títere del régimen cubano.
Fidel, luego de prolongadas reuniones con los miembros del Partido Comunista
Venezolano (PCV), cuadra la acción; le interesaba su proyección
dictatorial y asesina hegemonía, cuya única víctima era el
hambreado y disminuido pueblo cubano.
En el año 1962 se producen los alzamientos cívico-militares
conocidos como: "El Carupanazo" (4 de mayo): Se alza en armas la
guarnición de Carúpano, encabezada por los enlaces en Venezuela de
Fidel Castro, entre otros: Manuel Quijada (ficha del chavismo, fracasado adalid
de la reforma del Poder Judicial, próximo embajador en Portugal), José
T. Molina Villegas (capitán de corbeta de la Infantería de
Marina), Víctor Hugo Morales (capitán de fragata de la Armada,
diputado del MVR), Eloy Torres (diputado del PCV, chavista arrepentido). Luego
de intensos combates, y violentas manifestaciones en los barrios caraqueños
23 de Enero, Lídice, Sarría, además de las brigadas armadas
comunistas en la UCV, se precipita la suspensión de las garantías
constitucionales. Se salva nuestra democracia y se pone a prueba la condición
institucional de las Fuerzas Armadas Venezolanas.
El Porteñazo (2 de junio): La conspiración Castro-comunista
intenta nuevamente destruir militarmente el sistema democrático, se
apoderan de la base naval de Puerto Cabello, toman la ciudad, se producen
secuestros y sangrientos combates en La Alcantarilla, base naval, liceo Miguel
Peña y barrio El Polvorín. El gobierno reacciona enviando desde
Valencia al batallón de infantería Carabobo y blindados al mando
del general (Ej.) Alfredo Monch (+), unidad totalmente diezmada al ser emboscada
en La Alcantarilla por infantes de Marina insurrectos. El balance, aun cuando
fue a favor de la democracia, deja más de cuatrocientos muertos, una
amarga y ejemplar experiencia del mal uso de unidades blindadas en localidades
cerradas (repetida y fallida el 4 de febrero del 92). Es importante destacar la
valiente y heroica acción del teniente de navío Justo Pastor Fernández
Márquez (+) (vicealmirante, ex comandante de la Armada), quien, vistiendo
hábitos católicos, logra liberar a los mandos navales, quienes
apoyados por la Fuerza Aérea, retoman el control militar de esa guarnición.
Igualmente, la mundialmente reconocida actitud del padre Padilla, capellán
de la base naval, quien, a riesgo de su vida, administró los últimos
sacramentos a los caídos en pleno combate.
Sufrimos hoy la más grave intromisión en toda la historia. La
penetración es total, maestros, asesores, profesores, médicos,
militares, guerrillas, agentes de la IRA. Los viajes del presidente, ministro de
la Defensa, del canciller y de militares a Rusia, China, Cuba y Argelia definen
la escalada política y militar de Fidel Castro y Hugo Chávez,
utilizando a Venezuela como cabeza de playa para proyectar su ejemplo, muerte y
odio en América Latina.
Con unas Fuerzas Armadas disminuidas, amigos, ¡la mesa está
servida!
Vicealmirante mic0154@cantv.net
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