Los cubanos
se preocupan
Miriam Leiva / CubaNet
LA HABANA, octubre - La población cubana evidencia creciente
preocupación por su futuro económico. Al andar las calles de La
Habana y establecer conversaciones fortuitas con personas desconocidas surge rápidamente
el tema de las dificultades que se vislumbran a pasos agigantados sin esperanza
de solución.
La reducción de turistas extranjeros debido al temor de volar y la
eventual crisis económica mundial, ha ocasionado el cierre de hoteles en
todo el país con el consiguiente envío de los trabajadores a sus
casas con el sesenta por ciento del salario, a trabajar en otros sectores o a
que cojan las vacaciones acumuladas. Además, el dinero que envían
parientes y amigos residentes en el exterior comenzó a declinar por
motivos similares.
Y es que el turismo y las remesas han constituido los salvavidas del pueblo
y del gobierno luego de la hecatombe por la pérdida del apoyo financiero
procedente del extinto bloque soviético. Pero, como ahora se puede
apreciar, son altamente vulnerables a las coyunturas internacionales.
Al mismo tiempo, el reflujo producido en ambos sectores incide sobre muchas
actividades económicas del país y, por tanto, el pueblo lo sufre
directamente. De tal suerte, las ramas estatales o empresas mixtas que
suministran bienes y servicios son afectadas. El artesano ve mermados sus
ingresos porque ni los turistas extranjeros ni los cubanos adquieren sus bienes.
Las personas que alquilan habitaciones y los poseedores de "paladares"
o restaurantes se resienten también. En las tiendas en divisas se vende
menos y también están en proceso de reducción de personal.
Incluso las jineteras, prostitutas de esta época, afrontan precaria
demanda. Hasta ahora habían sorteado con cierto éxito la persecución
policial, la expulsión de los hoteles y discotecas, la deportación
a sus provincias de origen, así como la prohibición de alojarse
con sus "amigos" en casas particulares. Los pocos visitantes son más
acechados en la actualidad, y las jineteras ven amenazados sus medios de vida.
Aquellos que negocian en la bolsa negra o mercado ilícito tiemblan al
pensar que cada día su oferta es menos solicitada. Ya era algo natural
que ellos tocaran a las puertas anunciando los productos más insólitos,
porque el cubano tiene que "inventar". Siempre encontraban
compradores. Pero... ya no es tan fácil.
La sabiduría popular recuerda épocas pasadas, más
recientemente los años 1993 y 1994: Las vecinas comentan muy preocupadas
que si esto sigue así pronto volverán los tiempos de escasez
total. Muchas de ellas piensan acaparar artículos esenciales, según
el criterio de cada cual. Las hay que quieren comprar mucho jabón y champú.
Otras desean leche enlatada, aceite comestible y carne en conserva. Algunas
dicen que la idea es formidable, mas con qué dinero.
Muchos temen que los precios suban estrepitosamente a medida que aumente la
escasez. Quizás aún no haya pánico, pero sí una gran
expectativa ante lo incierto del futuro. "Esto se está poniendo malo",
es la frase más escuchada cada día.
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