Yupi Internet,
octubre 18, 2001.
Moscú espera medidas de EEUU luego de su retirada de Cuba
MOSCU, 18 oct (AFP) - Rusia espera medidas recíprocas de Estados
Unidos después del anuncio del desmantelamiento de su base de escuchas
militares en Cuba, anunció el ministerio ruso de Relaciones Exteriores en
un comunicado.
"Es evidente que nosotros esperamos medidas recíprocas. Los
centros de inteligencia electrónicos estadounidenses creados en el período
de la guerra fría continúan sus actividades en los países
vecinos de Rusia", señala este comunicado, que menciona "fundamentalmente
la estación de radar de Vardoe (Noruega)".
Moscú cerrará base radial en Cuba, su mayor instalación
secreta
LA HABANA, 17 oct (AFP) - La decisión de Rusia de cerrar su base de
escucha electrónica en Cuba, anunciada este miércoles, implica la
clausura de la mayor instalación militar secreta que Moscú posee
actualmente en el extranjero, erigida en una extensión de 72 km cuadrados
al sur de La Habana.
Esta medida, hecha pública por el presidente Vladimir Putin alegando
la necesidad de su país de reducir gastos militares, es anunciada 10
meses despúes que el mandatario ruso confirmara la continuidad operativa
de la estación de radioescucha durante una visita oficial que efectuó
a la isla caribeña.
Rusia y Cuba "estan interesados en seguir fomentando su actividad",
pues "es una base que está funcionando hace tiempo, plenamente de
acuerdo con las normas internacionales", dijo Putin el 15 de diciembre de
2000 en su visita a La Habana.
Instalada en las inmediaciones de la localidad de Lourdes, 60 km al sur de
La Habana, la base rusa fue descrita por Putin como "un centro informativo
que da servicios a los intereses de la rama militar de Rusia y en parte dirige
la información que recibe y que procesa a los órganos competentes
de Cuba".
Esta estación, que cuenta con sofisticados equipos para espionaje
electrónico, fue construida en los tiempos de estrecha alianza política,
económica y militar entre Cuba y la ex Unión Soviética,
pero se desconoce la fecha exacta de su entrada en funciones.
Tras la desaparación de la URSS en 1991, Rusia y Cuba acordaron públicamente
en 1994 mantener la base en operaciones, por lo cual Moscú paga una renta
de 200 millones de dólares anuales que -según algunas fuentes- son
abonados en efectivo o con repuestos para la maquinaria bélica cubana, en
su mayoría de origen soviético.
El centro de escucha electrónica cubre un área de 72 km2 y
alberga a 1.500 ingenieros, técnicos y personal militar ruso, según
datos revelados en Washington.
Desde ese complejo se pueden interceptar llamadas telefónicas, faxes
y comunicaciones de computadoras, según documentos del Congreso
norteamericano, y Moscú la utiliza además para comunicarse con
unidades de superficie y submarinas de su flota, así como de enlace
radial con sus embajadas en la región.
Estados Unidos ha ejercido presiones para que Moscú desmantele la
estación espía de Lourdes. En julio del pasado año, la Cámara
de Representantes del Congreso estadounidense aprobó un proyecto de ley
que prohibe cualquier medida de alivio financiero a la deuda rusa hasta que la
Casa Blanca certifique que Moscú ha cerrado la base en la isla caribeña.
Cuba ha mantenido discreción sobre la existencia de esa base y recién
en 1993 el ministro de las Fuerzas Armadas y segundo hombre de la jerarquía
cubana, Raúl Castro, comentó públicamente sobre su
existencia al afirmar que desde allí Moscú obtenía el 75%
de sus informaciones estratégicas.
"Para Cuba no plantearía ningún problema de conciencia si
mantuviéramos (...) un centro de exploración radioelectrónico
de un país que no consideramos enemigo (...) cuando tenemos una base
militar norteamericana ocupando ilegalmente y por la fuerza un pedazo de nuestro
territorio", en Guantánamo, dijo Raúl Casto en ese entonces.
Cierre de base militar rusa es un golpe para Cuba
LA HABANA, 17 oct (AFP) - El anuncio por Moscú del cierre definitivo
de una estación militar de escucha electrónica en Cuba representa
un duro golpe para La Habana, que se verá privada de 200 millones de dólares
anuales por concepto de arrendamiento, y sin la información que recibían
sus servicios de inteligencia.
La base de espionaje electrónico, instalada desde 1964 en la
localidad de Lourdes, 60 km al sur de la capital cubana, dejará de operar
en el "correr de este año", indicó el presidente ruso
Vladimir Putin al informar sobre una "reestructuración" en los
gastos de defensa de su país.
En La Habana no hubo hasta el momento reacción oficial al sorpresivo
e inesperado anuncio ruso.
En ocasión de la única visita oficial que realizó a
Cuba en diciembre de 2000, Putin había asegurado a las autoridades
cubanas que mantendría en operaciones a la estación de escucha de
Lourdes, donde están estacionados 1.500 ingenieros, técnicos y
soldados rusos junto a sus familiares.
Diez meses después de esa declaración, el mandatario ruso
revirtió sus palabras y dispuso la clausura de la base militar en la isla
antes de finalizar este año.
Fuentes diplomáticas consultadas por la AFP en La Habana sostuvieron
que esa "no es una buena noticia para el país", en momentos en
que atraviesa por una agudización de su crisis económica debido a
la caída del turismo y los bajos precios internacionales del níquel
y el azúcar, sus principales exportaciones.
Rusia paga 200 millones de dólares anuales a Cuba por el
arrendamiento de la mayor base que Moscú tiene instalada fuera de su
territorio, con una extensión de 72 km cuadrados y equipada con
sofisticado material de intercepción electrónica y satelital
ubicado a escasas millas de las costas estadounidenses.
El ministro de las Fuerzas Armadas y segundo hombre en la jerarquía
cubana, Raúl Castro, dijo en mayo de 1993 que esa instalación
proporcionaba a Moscú el 75% de sus informaciones estratégicas
militares, facilitaba las comunicaciones con su flota y le permitía el
contacto con sus embajadas en la región.
Pero la clausura de esta base no solo afectará los ingresos en
divisas a la golpeada economía cubana, sino que debilitará a los
servicios de inteligencia de la isla en sus posibilidades de acceder a información
sensible sobre los movimientos de sus eventuales adversarios.
Tanto Putin como el presidente cubano Fidel Castro admitieron en diciembre
pasado que los datos obtenidos desde la estación rusa de Lourdes serían
compartidos por ambos países para asegurar su defensa y diseñar
sus estrategias políticas y militares.
El cierre de este centro de espionaje marca el fin de la presencia militar
rusa en Cuba, que comenzó con la caída de la ex Unión Soviética
en 1991 y continuó en forma paulatina hasta el presente.
En su alocución en Moscú, Putin dejó en claro que este
hecho no afectaría las relaciones con el gobierno de Castro y que mantenía
la posición de condena al embargo estadounidense contra la isla, pero en
los hechos es una clara señal de acercamiento entre Moscú y
Washington a expensas de los intereses de Cuba, opinaron diplomáticos
acreditados en La Habana.
En julio de 2000, la Cámara de Representantes norteamericana aprobó
un proyecto de ley que prohibía cualquier medida de alivio a la deuda
externa de Rusia si antes Moscú no clausuraba la base de escucha electrónica
instalada en la isla caribeña.
Como antecedente inmediato al anuncio de Putin, el lunes pasado el
secretario estadounidense de Comercio, Donald Evans, quien se encontraba de
visita en Moscú, informaba que Washington estaba dispuesto de ahora en más
a alentar las inversiones norteamericanas en Rusia. |