Publicado el 18 de octubre de 2001 en
El Nuevo Herald
Moscú retira su base de Cuba
Pablo Alfonso. El Nuevo Herald
La decisión de Rusia de cerrar "antes de fin de año'' la
base de espionaje electrónico de Lourdes, pone fin a cuatro décadas
de presencia militar rusa en Cuba y representa un duro golpe para el régimen
de Fidel Castro, que se verá privado de acceso a importantes fuentes de
inteligencia y a los $200 millones anuales que recibe de Moscú por la
renta de esa estratégica instalación.
"Tras largas conversaciones, se ha considerado conveniente retirar el
centro radioelectrónico instalado en Cuba'', anunció ayer el
presidente ruso, Vladimir Putin, al concluir una reunión con la cúpula
militar de ese país.
La clausura de Lourdes, la mayor instalación militar secreta que Moscú
posee en el extranjero, fue alcanzada luego de "profundo análisis y
largas conversaciones con nuestros socios cubanos'', explicó Putin.
Cuba reaccionó sorprendida por el anuncio público de Moscú,
y aseguró que el acuerdo sobre la instalación no estaba cancelado.
"El acuerdo sobre el centro radioelectrónico de Lourdes no está
cancelado, ya que Cuba no ha dado su aprobación, y resultará
necesario que Rusia continúe negociando con el gobierno cubano'', afirmó
el miércoles por la noche un comunicado oficial leído en la
televisión cubana.
Todavía, agregó el comunicado cubano, "hay importantes
cuestiones por resolver con relación al tema''. Cuba espera, añadió,
que "este diferendo se resuelva de forma razonable, justa y digna. Algo
debe ser comprendido por todos sin ningún tipo de ilusiones: en Cuba no
hay, ni habrá pánico ni temor''.
Por su parte, el general Anatoly Kvashnin, jefe del Estado Mayor de las
Fuerzas Armadas, aseguró que Rusia cerrará también su base
militar en la bahía Cam Ranh, en Vietnam, como parte de un programa de
reforma de la estructura militar que incluye a Lourdes.
"Ahora la situación militar y política ha cambiado y se
ha mejorado enormemente la calidad de los equipos militares, factores que hacen
innecesaria la base'', amplió Kvashnin.
Sus afirmaciones contradicen declaraciones de Putin, formuladas hace apenas
10 meses, cuando confirmó la importancia operativa de Lourdes, durante la
visita que efectuó a Cuba. A mediados de la pasada década Rusia
invirtió unos $90 millones para ampliar y mejorar las instalaciones,
donde trabajan unos 1,500 militares rusos.
El presidente George W. Bush elogió la medida en una declaración
escrita difundida por la Casa Blanca.
"El presidente Putin comprende que Rusia y Estados Unidos ya no son
adversarios'', declaró Bush. "Ambas naciones están echando
abajo reliquias de la Guerra Fría y construyendo una nueva relación,
cooperativa y transparente para el siglo XXI''.
Edward González, profesor emérito de Ciencias Políticas
de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) y experto en asuntos
militares de la Rand Corporation, aseveró que la decisión rusa "es
un golpe político para Castro'' que evidencia la irrelevancia de Cuba en
el nuevo contexto internacional.
"Las acciones terroristas de septiembre han creado un replanteo en las
relaciones de Estados Unidos con Rusia y con China, dejando a un lado el
antagonismo y centrando la atención en el fundamentalismo islámico
como enemigo común'', afirmó González.
En julio del 2000, la Cámara de Representantes norteamericana aprobó
un proyecto de ley, auspiciado por la congresista cubanoamericana Ileana
Ros-Lehtinen, que prohibía cualquier alivio a la deuda externa de Rusia
si antes Moscú no clausuraba la base de Lourdes.
Ros-Lehtinen expresó cautela ante el anuncio de Moscú y añadió
que había que esperar sus resultados concretos.
"Una cosa es que salga el personal ruso de esas instalaciones y otra
que desmantelen realmente la base'', indicó la congresista, quien expresó
sus preocupaciones en una carta dirigida ayer a Bush.
La base de Lourdes es el último residuo de la presencia militar de la
época soviética en Cuba, que en su momento llegó a ser de
unos 20,000 hombres.
Según Lincoln Díaz-Balart, representante republicano por la
Florida, la decisión de Putin refleja la nueva relación de
cooperación existente entre Rusia y Estados Unidos en la lucha contra el
terrorismo internacional.
"Hay otros estados cooperando en esa lucha, con la excepción de
Irak y Cuba'', subrayó Díaz-Balart.
La base fue construida por el servicio de espionaje militar soviético
(GRU), en los años 70. Al principio contó con 850 técnicos,
que luego aumentaron a 2,000 antes de reducirse a unos 1,500 tras la
desintegración de la URSS. En 1999 se construyeron en Lourdes tres nuevas
antenas y se remodelaron sus instalaciones. La base tiene la capacidad de
recoger señales electrónicas a 1,000 millas de distancia.
El ministro de las Fuerzas Armadas y segundo hombre en la jerarquía
cubana, Raúl Castro, declaró en mayo de 1993 que esa instalación
proporcionaba a Moscú el 75 por ciento de sus informaciones estratégicas
militares, facilitaba las comunicaciones con su flota y le permitía el
contacto con sus embajadas en la región.
Sin embargo, fue el ex coronel de la KGB Stanislav Lunev, que desertó
en 1998, quien reveló a Washington el verdadero alcance de Lourdes.
Según Lunev, tras la invasión de Kuwait por Irak en 1990 y la
consiguiente Guerra del Golfo, encabezada por Estados Unidos, Moscú espió
en todo momento desde Lourdes los planes bélicos. Lunev aseguró
que el Kremlin lo conocía todo, aunque no facilitó esa información
al régimen de Bagdad porque Rusia había aprobado en la ONU la
campaña contra Irak.
"Tuve los papeles en la manos, lo sabíamos todo, incluyendo el
ataque por sorpresa'', afirmó.
E-mail: palfonso@herald.com
Washington restringe el movimiento de los diplomáticos cubanos
Rui Ferreira. El Nuevo Herald
El gobierno de Estados Unidos restringió fuertemente el movimiento de
diplomáticos cubanos en suelo estadounidense y les comunicó que no
otorgará visas a ningún funcionario de la isla para viajar fuera
de Nueva York o Washington, D.C., confirmaron a El Nuevo Herald fuentes
congresionales.
A partir de ahora, los diplomáticos cubanos no podrán moverse
más allá de las áreas metropolitanas de la capital --donde
está su Sección de Intereses-- y de la Gran Manzana --donde se
encuentra la sede de las Naciones Unidas-- sin un permiso especial, que debe ser
pedido con 72 horas de anticipación. Esta restricción ya existía,
pero no se exigía su cumplimiento durante la administración de
Bill Clinton.
Tampoco otorgarán visas a otros funcionarios cubanos que quieran
desplazarse más allá de estas dos ciudades.
"Nos dijeron claramente que se acabaron los viajes de funcionarios
cubanos a universidades, fábricas, empresas en el resto del país'',
dijo un asesor legislativo que asistió a una reunión informativa
con el nuevo director de asuntos cubanos del Departamento de Estado, James
Carragher.
La decisión fue informada el pasado martes al jefe interino de la
Sección de Intereses de Cuba, Dagoberto Rodríguez.
Según las fuentes, la decisión de restringir los movimientos
de los diplomáticos cubanos fue tomada directamente por el presidente
George W. Bush, teniendo en cuenta que el gobierno cubano no permite que diplomáticos
estadounidenses se desplacen libremente por la isla. El personal del
Departamento de Estado en Cuba ha tenido mucho más limitados sus
movimientos que sus homólogos en Estados Unidos.
Por otro lado, Washington también se queja de que La Habana no ha
contestado ninguna pregunta sobre las posibles relaciones de diplomáticos
cubanos en Washington o Nueva York con Ana Belén Montes, analista del
Pentágono arrestada en septiembre bajo cargos de espiar para el gobierno
de la isla.
Según las fuentes, los diplomáticos cubanos en Washington han
soslayado todo encuentro sobre el caso de Montes cuando han sido instados por el
Departamento de Estado a discutir el asunto.
Aunque las fuentes no quisieron comentar si Estados Unidos procederá
a expulsar a algún diplomático cubano, una de ellas dijo: "Nuestra
paciencia se está acabando''.
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