Periodistas
asalariados del gobierno desinforman al pueblo
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad / CubaNet
LA HABANA, octubre - Todos los espacios informativos de los medios de prensa
de Cuba destacan los acontecimientos en Afganistán. En ellos se trata de
demostrar que Estados Unidos de América comete genocidio contra la nación
de ese país centroasiático.
Titulares como "bombardeos indiscriminados cobran víctimas entre
la población civil", y vistas de niños heridos o hambreados
son destacadas cada día, cada hora, cada minuto, en los medios de prensa
controlados por el gobierno comunista de Fidel Castro.
Sólo este lunes se informó que una veintena de talibanes murió,
por primera vez desde que comenzó el contraataque estadounidense. Hasta
ese momento sólo se habló de "cientos de víctimas
inocentes fatales".
Aunque Gran Bretaña también participa en los ataques a
Afganistán ni siquiera se le menciona. Estados Unidos siempre es el
blanco de las críticas, censuras y condenas de la prensa del régimen
cubano.
Es increíble, pero la propaganda oficial y oficialista en Cuba jamás
le concede ni un ápice de razón a lo que Estados Unidos hace. No
importa por qué lo hace ni de qué se trate.
Pero esta actitud contrasta con los intereses del comunismo a escala
nacional e internacional. Por ejemplo, nadie recuerda -porque es evidente que
nunca existió- haber leído una línea o escuchado un
comentario de la prensa gubernamental cubana en contra, o simplemente verdadera,
acerca de la invasión soviética a Afganistán. Y eso que duró
años.
El régimen de Castro quiere siempre imponer su ideología a
través de los medios de difusión masiva -es dueño absoluto
de todos- que domina y maneja a su antojo.
Sin embargo, ahora mismo, y a contrapelo de los intereses gubernamentales,
es muy difícil escuchar en la calle a cubanos que opinen sobre los
sucesos de Afganistán. Es como si nadie creyera lo que dice la prensa
gubernamental, pero al mismo tiempo nadie discrepa públicamente de los
editoriales del régimen. Son muchos años de dictadura sin debates
públicos, sin derecho a saber.
Hace tres meses Castro dijo que la "batalla de ideas" -que él
dice llevar a cabo- salvaría a la humanidad, pero los últimos
acontecimientos internacionales demuestran (aunque no hace falta ninguna
demostración) que su "batalla" no trasciende más allá
del Malecón habanero.
Coincidentemente, en una de las partes finales de la Declaración de
Principios del Congreso de Periodistas Latinoamericanos y Caribeños se
lee: "Frente a la amenaza que representa la mentira organizada (también
debería agregarse la desinformación), los periodistas
latinoamericanos y caribeños, redoblamos el compromiso de defender el
derecho del pueblo a la información veraz para generar en nuestras
sociedades la conciencia crítica que exige el momento".
Me uno a este planteamiento. Sería muy beneficioso que los
periodistas que cobran salarios del gobierno de Castro cumplieran con este punto
de la declaración.
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