Parlamento
de Cuba en "acción"
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad / CubaNet
LA HABANA, octubre - La Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba
(parlamento) sesionó en reunión extraordinaria el pasado 3 de
octubre. Al referirse a uno de los temas de ese día, el presidente de ese
órgano, Ricardo Alarcón, dijo: " ...la declaración que
vamos a aprobar", pero no habló de analizarla ni discutirla. Sólo
de "aprobar".
Y, efectivamente, así fue. La Declaración de Condena al
Terrorismo fue aprobada por unanimidad, lo que es muy común en Cuba,
porque no recuerdo ni un solo caso en que ese parlamento no haya aprobado por
unanimidad lo que le presentan.
Algunos de los pocos parlamentarios que intervinieron durante esta sesión
extraordinaria leyeron poemas de corte revolucionario, quizás pensaron
que se encontraban en alguna peña literaria.
El diputado Raúl Suárez habló sobre la necesidad de que
los pueblos tuvieran memoria histórica. Interesantes palabras, porque al
parecer ninguno de los allí presentes recuerda que en los tiempos
insurreccionales los que hacían la revolución detonaban artefactos
explosivos en cualquier ciudad o pueblo de Cuba.
Otro de los puntos que el gobierno central le presentó al parlamento
fue el de erigir un monumento de recordación a las víctimas del
sabotaje a la aeronave de Cubana de Aviación en 1976. Nadie preguntó
algo tan lógico como por qué se esperó tanto para tomar esa
decisión, o en qué sitio y cuándo se erigirá el
mausoleo, o cuál es el presupuesto para esa obra.
Nada, ni una sola pregunta. ¡Aprobado por unanimidad!
El tercer punto de la orden del día para los más de 500
parlamentarios en sesión extraordinaria fue el de los instrumentos jurídicos
internacionales contra el terrorismo. Alarcón leyó abreviadamente
los doce instrumentos que forman ese compendio.
Fidel Castro, por su parte, dijo que los instrumentos venían estudiándose
desde hacía tiempo, que cinco de los doce ya habían sido
suscritos, aunque dos -aclaró- estaban todavía en fase de trámite
con las oficinas de las Naciones Unidas.
Ninguno de los parlamentarios inquirió o mostró desacuerdo.
Hubiera sido muy lógico conocer, por ejemplo, cuáles de esos
instrumentos internacionales contra el terrorismo eran los que ya habían
sido suscritos por el Estado cubano, o saber cuáles eran las razones por
las que los restantes no habían sido acatados hasta el momento por el
Estado de Cuba.
Nada, ni la más mínima pregunta. ¡También aprobado
por unanimidad!
La actividad principal del parlamento cubano consiste en manifestarse en
favor de lo que planteen los gobernantes. La acción fundamental de estos
parlamentarios es levantar la mano para "apoyar" unánimemente
-es evidente que la aprobación viene de arriba- todo lo que hagan o
dispongan los gobernantes. Esta es, no cabe duda, la notable e interesantísima
función del parlamento de Cuba.
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