A paso de
bastón: madorrio sigue la pista
Manuel David Orrio, CPI / CubaNet
LA HABANA, octubre - A la altura del 8 de octubre el buzón electrónico
de este periodista independiente (madorrio@islagrande.cu)
recibió la cantidad de 104 mensajes en alrededor de una semana, incluidos
los del primer intercambio "en caliente" con el destacado economista
cubano Jorge Sanguinetti quien, entre otros, me envió un artículo
escrito por él sobre los mitos creados en relación con la
Constitución isleña de 1940.
Colegas y amigos parecen haber enloquecido de alegría ante el pequeño
espacio de libertad ganado al costo de 1.50 dólares estadounidenses la
hora, precio que constituye toda una vergüenza nacional. Tal es el pago
para contar con e-mail y derecho a tiempo de máquina en oficina pública
para hacer uso de aquél. En las bibliotecas públicas de Estados
Unidos se accede a Internet total sin pagar un centavo. En Cuba, importe de
espanto para los salarios del país, debe abonarse sólo por correo
electrónico y red interna de Cuba donde, pese a todo, es posible
consultar informaciones interesantes para el periodismo independiente.
Pensar positivo es válido, aunque uno de mis epistolares denuncia con
ira anticastrista el dato de la extorsión. Poco a poco, amigo mío,
no crea que no existen otros medios y recursos para burlar semejante monopolio.
Simplemente: elegancia obliga.
Por cierto, y tratando de alegres enloquecidos, la publicación de
cubanos residentes en Suecia, CubaNuestra, se lleva las palmas. Estefanía
envió no menos de diez mensajes, varios contentivos de artículos
publicados en la revista. Por otro lado -¡cibernautas, cibernautas!- ya me
invitaron a participar en sexyfun punto etcétera.
Jorge Dalmau, profesor de la Universidad Internacional de la Florida
vinculado por docencia al periodismo independiente, desea que escriba con más
detalles, que ofrezca escenas e informaciones sobre las entretelas de cómo
el cubano simple puede acceder ciudadanamente a una cuenta de correo electrónico
legal. Será satisfecho. Mas por lo pronto respondo que, con la excepción
de los especialmente autorizados por el régimen, la única
posibilidad es acudir a las oficinas habilitadas, pagar el tiempo de máquina
al precio mencionado y navegar con más de la mitad de las velas arriadas.
También se puede entrar en sitios de conversación controlados por
el gobierno, pero aún no he pasado la experiencia.
No obstante, madorrio sigue la pista. Confirmada está por
funcionarios del Ministerio de Informática y Comunicaciones la intención
de extender al máximo el servicio, incluido que computadoras instaladas
en hogares accedan al mismo. Mi pregunta es por qué no desde ahora,
suponiendo personas que posean los medios y en país donde por lo menos
hipotéticamente -¡los precios, los precios!- cualquier hijo de
vecino puede llegar a tenerlos, pues ya se venden en las tiendas dolarizadas.
Tales interrogantes forman parte de la investigación en marcha. Madorrio
sigue la pista... e informará.
A juzgar por el tono de algunos mensajes, no todos han comprendido bien cómo
funciona el asunto. Por 1.50 dólares estadounidenses la hora se alquila
tiempo de máquina en alguna de las oficinas públicas en las que
existe este servicio, lo que permite crearse el buzón electrónico,
acceder a la red interna de Cuba (leer Granma o los periódicos
provinciales, por ejemplo) y participar en sitios de conversación. No se
permite el empleo de diskettes ni se cuenta con impresoras, pues el "negocio"
está precisamente en hacer que la gente haga uso del tiempo de máquina.
Se precisa pagar, así, hasta por el simple acto de leer la prensa o
redactar mensajes. Por eso anoté en ejercicio anterior: "del lobo,
un pelo". Tampoco se puede recibir attachments, o sea mensajes que por
medio de un click conduzca a, digamos, CNN en Español. Bien claro, "la
carpeta no guarda otra carpeta".
Suspicaces e incrédulos opinan que los mensajes pueden ser leídos
e interceptados por el server, lo cual no descarto. Por lo primero, mi vida es pública.
Por lo segundo, propongo esta prueba: responderé todo lo recibido hasta
el 8 de octubre -¡recuerden, 104 mensajes!- y espero me remitan los
correspondientes acuses de recibo. Comprobemos, investiguemos, pero entre todos.
Vale la pena, dice el psicólogo Calviño.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
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