Jorge H. Fonseca. Cuba
Nueva.29 noviembre, 2001. Actualizado: 17:59 hora de Cuba
Fidel Castro convocó - por la milésima vez otra "demostración
masiva" de apoyo a su gobierno, con el pretexto de protestar por la
desaparición de 30 cubanos, incluyendo varios niños, que
desesperadamente escapaban de Cuba en una pequeña embarcación que
zozobró en medio del mar, sumándose así a las decenas de
miles de cubanos desaparecidos en el estrecho de la Florida.
Esta nueva concentración se efectuó pocos días después
de la peor catástrofe natural acontecida en la isla desde la implantación
del régimen fidelista, provocada por el paso del huracán Michelle
a través de la isla a inicios de Noviembre; la movilización
acontece a pesar haberse anunciado la suspensión de estas costosas
concentraciones, para dedicar los escasos recursos disponibles a la reconstrucción
de los enormes daños causados por el mencionado desastre natural.
¿Por qué protesta Fidel Castro ahora?, nos preguntamos los
cubanos; ¿cuales son las verdaderas causas de la protesta del dictador,
frente el éxodo masivo de cubanos que abandonan el país en una
forma bastante más insistente que en otros países pobres del
tercer mundo?: el régimen cubano argumenta que el éxodo se debe a
una ley que en Estados Unidos reglamenta el tratamiento a los cubanos exiliados,
aduciendo que "incentiva" la inmigración ilegal; los cubanos
que huyen, argumentan que son las insoportables condiciones materiales y
espirituales a que son sometidos en el sistema totalitario implantado en Cuba,
como causa principal del deseo generalizado de emigrar.
Todos sabemos los cuidados que el gobierno norteamericano ha tomado para
evitar una inmigración descontrolada de cubanos hacia su territorio; ha
llegado incluso a firmar con el dictador cubano, acuerdos que los obligan a
devolver los inmigrantes ilegales que sean capturados en el estrecho de la
Florida, regla rigurosamente cumplida por el servicio de guardacostas de los
Estados Unidos día tras día, incluso bajo la protesta airada de
los cubanos opositores al régimen residentes en la Florida.
Por otro lado, Fidel Castro ha llegado hasta amenazar a Estados Unidos con
incentivar semejante inmigración descontrolada, siendo una "carta
bajo la manga" que permanentemente enarbola el dictador contra Norteamérica
en momentos de crisis, sabiendo de la probable estampida masiva que acontecería
desde Cuba, así que la dictadura ablande los férreos controles
existentes en la isla.
Para el análisis de este tema en particular, recordemos el
procedimiento implantado por el régimen de la Habana cuando la caída
de Salvador Allende en Chile; durante esos acontecimientos, Cuba dio a los
exiliados chilenos todo tipo de facilidades, trabajo, viviendas y estudio; en
cualquier caso, facilidades superiores a las que se ofrecen hoy en Estados
Unidos a los cubanos emigrantes. La lógica de la identificación
ideológica es la que impulsa a los gobiernos a dar facilidades a
inmigrantes en desgracia, identificados con su manera de pensar y eso es
reconocidamente aceptado por las leyes internacionales. Ni por eso Fidel Castro
consiguió "incentivar" el éxodo de los chilenos
exiliados hacia Cuba; aquellos infelices que se acogieron la "ayuda"
cubana, después de algún tiempo de vicisitudes y carencias dentro
de la isla, prefirieron "irse" para cualquier otro país, de
manera que en Cuba resultaba difícil encontrar un solo exiliado chileno,
durante los largos años de dictadura que se siguieron al derrocamiento de
Allende.
Quiere esto decir, que la práctica criticada por Fidel Castro y
aducida como la causa "incentivadora" para el abandono del país
por los cubanos, fue similar a la que el dictador cubano oficializó en
Cuba con sus amigos en desgracia en Chile, Argentina o Brasil, cuando en estos
países se sucedieron cambios ideológicos contrarios a la convicción
de sus aliados. Es el consabido "hay lo que yo digo pero no lo que yo hago"
característico del dictador cubano. ¿Por qué Estados Unidos
no puede tomar medidas internas para ayudar los cubanos en desgracia a partir
del cambio ideológico acontecido dentro de Cuba?; ¿por qué
Cuba se arroga el derecho de proteger a sus aliados ideológicos en América
Latina y Estados Unidos no puede hacer lo mismo con los suyos?. Analicemos.
Con la manifestación convocada por Fidel Castro - a pesar de los
problemas ocasionados por el huracán - lo que el dictador cubano
realmente quiere es presionar adicionalmente al gobierno norteamericano,
siguiendo una estrategia cuidadosamente calculada, que incluye las victorias
diplomáticas obtenidas por el gobierno de la Habana en días
recientes, consiguiendo una declaración de condena a la Ley Helms-Burton
de parte de los Presidentes Ibero americanos reunidos en Perú
recientemente, seguido de otra moción de censura al embargo económico
que Estados Unidos mantiene sobre la isla, obtenido en el plenario de la
Asamblea General de las Naciones Unidas.
Adicionalmente, el dictador cubano - estratégicamente y aprovechando
los estragos que el huracán Michelle ocasionara en Cuba - consiguió
que el gobierno de los Estados Unidos autorizara una transacción
comercial directa entre Cuba y empresas norteamericanas - que evidentemente
constituye un precedente contra el embargo económico - y que Fidel Castro
ha interpretado como una debilidad de los norteamericanos, por lo que la
estrategia castrista ha incluido, hábilmente y como un "camarón
de goma", la propuesta del pago de las 6,000 empresas norteamericanas
confiscadas por el gobierno castrista en los primeros años de su
gobierno, en caso que Estados Unidos levante el embargo comercial que mantiene
sobre Cuba. Para completar la estrategia, convocan la referida manifestación
en la Habana, presionando a Estados Unidos por "incentivar" la
inmigración ilegal de cubanos hacia ese país, mostrándoles
esa "terrible" posibilidad. Es claro el vínculo entre todos
estos hechos, aparentemente inconexos y aislados, pero formando parte de una
estrategia cuidadosamente elaborada: una de cal y otra de arena
Fidel Castro quiere, usando el accidente con la lancha de cubanos que se
dirigían a los Estados Unidos, mostrar al gobierno de ese país lo
que pudiera esperarle si Cuba decide ablandar los controles migratorios
permitiendo la salida de cubanos hacia Norteamérica, en momentos que la
situación económica y de seguridad interna de Estados Unidos es más
frágil que nunca. Magnificar este elemento de presión indirecta,
permitiría - según calcula Fidel Castro - junto a la condena al
embargo económico de la ONU, el rechazo a la Helms-Burton por Iberoamérica
(sabidamente también por toda Europa), y la propuesta de pagos por las
empresas confiscadas, una mejor posición para intentar obtener ventajas
estratégicas y de acercamiento a los Estados Unidos, para que al menos, -
pienso yo - saquen a Cuba de la "lista negra" del terrorismo
internacional elaborada por los norteamericanos, en la que está de seguro
incluido esperando su turno después de Irak.
Quien sabe si adicionalmente existe una estrategia más profunda y de
segundo plano en estos hechos y el cambio de mandos se esté produciendo
en el país, dejándole al anciano dictador el papel decorativo de
opositor tenaz del "imperialismo yankee", dirigiendo reuniones
internacionales de enemigos de los Estados Unidos y discursando en su querida
tribuna anti imperialista, mientras Raúl Castro dirige tras bambalinas
los hilos reales del acercamiento con Norteamérica, en una táctica
de supervivencia propia de estos tiempos tan difíciles para cualquier
enemigo declarado de los norteamericanos.
Cualquiera que sea la realidad, estamos en presencia de las primeras jugadas
de un juego de ajedrez que Castro ha iniciado con Estados Unidos, el cual
solamente terminará - en las circunstancias actuales y después de
varios lances de ambos lados - con el inevitable jaque mate a la dictadura y la
implantación de la democracia en Cuba.
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