Francesc Relea / Peru Egurbide | Lima.
El País, España. Viernes, 23
de noviembre de 2001
Los 21 jefes de Estado y Gobierno cuya participación ha sido
anunciada en la XI Cumbre Iberoamericana, que se inaugura esta tarde en Lima (al
filo de la media noche, hora peninsular española), se comprometerán
a luchar contra la financiación de cualquier organización
terrorista o asociada, según el comunicado final que se negociaba ayer.
El documento, que tiene un contenido concreto y no retórico, se refiere
al terrorismo sin calificativos -ni siquiera recoge el de internacional- y no
encontraba anoche dificultades para su aprobación, según fuentes
diplomáticas.
La difícil situación que se creó el año pasado
en la cumbre de Panamá, cuando el presidente cubano, Fidel Castro, se
opuso personalmente a una declaración de condena del terrorismo de ETA,
no parece, pues, que vaya a reproducirse este año, a pesar de que, no sólo
Cuba, sino también Venezuela, han sido voces discordantes con las de la
mayoría de la comunidad internacional por sus reacciones a los atentados
del 11 de septiembre.
De hecho, Cuba planteó problemas a la declaración de condena
que el secretariado de la cumbre emitió inmediatamente después de
los ataques a las Torres Gemelas. Ayer, sin embargo, el representante cubano se
limitó a exigir que, en la condena del terrorismo, se añadiera la
mención 'venga de donde venga', y no trató de incluir, por
ejemplo, ninguna mención al 'terrorismo de Estado' que el régimen
cubano achaca a Washington. Tampoco planteó mayores dificultades al resto
de la declaración, aunque nadie descarta que Castro pueda cambiar hoy de
opinión y revitalizar el contencioso que, hace un año, colocó
a las relaciones hispano-cubanas en su punto más bajo desde hace décadas.
El presidente del Gobierno español, José María Aznar,
que no tiene previsto entrevistarse con el líder cubano durante esta
cumbre, considera, por su parte, que la tensión internacional desatada
por los atentados del 11 de septiembre representa una coyuntura favorable para
consolidar estas cumbres como el medio idóneo de que América
Latina tenga una voz en el mundo. En ese sentido, Aznar ha promovido, además,
un cambio en el formato de las reuniones para hacerlas más efectivas.
Las cumbres iberoamericanas, que surgieron en 1991 por iniciativa del español
Felipe González y del mexicano Carlos Salinas de Gortari, han venido
siendo durante diez años una sucesión de discursos pronunciados a
puerta abierta por la veintena larga de jefes de Estado y Gobierno asistentes.
Este año, sólo la sesión inaugural, que se celebra esta
tarde, será a puerta abierta. La jornada de mañana se dedicará
por entero a debates a puerta cerrada entre los líderes. En ese ámbito,
es seguro que el presidente español expondrá a sus colegas
latinoamericanos el mismo argumento de la identidad sustancial entre ETA y
organizaciones como Batasuna, Gestoras Pro Amnistía y algunas
asociaciones culturales vascas que ya ha pregonado por Europa. El Foro
latinoamericano es especialmente adecuado para esa campaña, dado que el
radicalismo abertzale tiene gran actividad en países como Venezuela, México,
Uruguay e incluso Argentina.
La crisis argentina
La cumbre abordará como segundo gran tema los efectos de las
turbulencias financieras en la región. Como aperitivo, Lima albergó
el miércoles la cuarta Reunión Iberoamericana de Ministros de
Economía o Hacienda, que contó con la presencia del presidente del
Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias. Pese a la voluntad
de dar una mayor seriedad y eficacia a estas reuniones, la minicumbre económica
contó con la escasa presencia de media decena de ministros, entre ellos
el español Rodrigo Rato y el argentino Domingo Cavallo.
En una difícil coyuntura internacional y regional, todos los ojos están
puestos en las dificultades de Argentina para cumplir sus compromisos
financieros, que han colocado a dicho país al borde de la suspensión
de pagos. Los ministros reunidos en Lima destacaron el importante papel de las
entidades multilaterales y regionales de financiamiento e hicieron un
llamamiento a entidades como el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco
Mundial y BID 'para que mantengan y si es posible aumenten su colaboración
financiera y técnica con América Latina en la presente coyuntura
mundial y regional'.
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