Mary no
puede vivir normalmente
Ramón Guillermo Medina, Cuba-Verdad / CubaNet
CIENFUEGOS, noviembre - El 2 de noviembre estuvo cargado de descubrimientos
para Mary, una pequeña que ese día cumplió siete años
y reside en Aguada de Pasajeros, en la provincia Cienfuegos.
Aún soñolienta se revolvió en su cama y le pidió
a la madre el desayuno. Pero, por el simple hecho de cumplir esa edad, ya Mary
había perdido el derecho a comprar el litro de leche diario que el Estado
asigna a cada niño hasta que cumple los siete.
La madre trató de explicar lo que Mary no comprende, y que quizás
nunca logre comprender.
La niña pidió entonces un pedazo de pan. Pero tampoco la madre
pudo darle pan a Mary, porque la panadería hace días que tiene no
se sabe qué equipo roto y no hay producción, y por tanto el pan
regulado por la libreta de cada día lo tendrán que traer de otro
establecimiento, pero nadie supo informar cuándo esto ocurrirá.
La corta edad de Mary le impide percatarse qué sucede. Los padres,
angustiados, la llevaron a la cafetería más cercana para que
pudiera desayunar. Cuando llegaron al lugar encontraron como única
oferta refresco caliente, porque la noche anterior hubo apagón durante
diez horas.
De regreso a casa, Mary y sus padres pasaron frente a una de las tiendas
dolarizadas. La pequeña vio a otra niña que salía del
establecimiento con una muñeca Barbie entre sus manos. Mary le dijo a sus
padres que si no podía desayunar quería tener una muñeca
con qué jugar.
El padre de la pequeña, trabajador agrícola, trató que
Mary comprendiera que a é le pagan su salario en pesos, que lo que gana
apenas llega al equivalente de tres dólares a la quincena, que con esa
cantidad tiene que mantener la casa, la familia, que no le alcanza, que el
juguete lo vendían en dólares y que él no tiene ese tipo de
moneda.
La niña no entendió la explicación, lloró. Sus
padres callaron. Como Mary, miles y miles de niños cubanos no entienden
de ideologías. Sólo quieren vivir normalmente.
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