El derrumbe
de viviendas, la peor secuela de Michelle
Fuertes olas chocan contra el Malecón habanero el día
4 por la mañana |
LA HABANA, 7 de noviembre (Regina del Sol y Alejandro Hernández, AIDH
/ CubaNet) - Durante el azote del huracán Michelle a la Isla se
reportaron oficialmente más de 700 mil personas evacuadas, descontando
los estudiantes que se encontraban en el campo, la cifra de evacuados por
inundaciones potenciales o por posible derrumbe alcanzó la cifra del
medio millón de personas. En estos momentos, un significativo por ciento
de los evacuados aún no ha regresado a sus hogares o a lo que queda de
ellos.
En un país con una aguda crisis de vivienda, caracterizada por una
convivencia multigeneracional que obedece más a la necesidad que a la
idiosincrasia, la pérdida de la casa constituye la peor y más
temida secuela de una catástrofe natural como el huracán Michelle
que azotara recientemente a la Isla. Las asignaciones de materiales para la
reparación o la reconstrucción constituyen ínfimas
soluciones cosméticas. La opción para una gran mayoría es
el consabido "arréglatelas como puedas" o el triste camino
hacia los albergues de estadía indefinida.
Derrumbe en la calle Concordia |
En la calle Concordia entre Oquendo y Marqués González
(Municipio Centro Habana), una familia cubana sufrió el derrumbe de su
vivienda como consecuencia del huracán. De las cinco personas que
habitaban el inmueble, entre ellos un niño de 4 años, una se
fracturó una pierna al derrumbarse el techo y la barbacoa de la casa.
Arboles
y postes caídos yacen en las calles de La Habana |
El problema de los derrumbes en Cuba y en particular en la ciudad de la
Habana, es la consecuencia del descuido que por más de 40 años ha
tenido el gobierno cubano en relación con el bienestar y la seguridad de
nuestros conciudadanos. Mientras se han invertido miles de millones en proyectos
con objetivos políticos, nuestro pueblo humilde continúa viviendo
en precarias condiciones, en antiguas edificaciones que no han recibido en este
tiempo ni reparaciones ni mantenimientos, muchas de ellas declaradas
inhabitables, a expensas de que cualquier día, un fragmento del techo o
un tramo de una pared le caiga encima para incrementarle la angustia y el
sufrimiento que padecen.
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