Residentes
de Vueltas no quieren ser atendidos en el hospital local
María Elena Rodríguez
LA HABANA, mayo - Miles de personas se encuentran afectadas por el mal
servicio del hospital de Vueltas, poblado situado en el municipio Camajuaní
de la provincia de Villa Clara.
"Hemos perdido la fe en el servicio que se nos da en esa instalación
del Ministerio de Salud Pública, prefiero atenderme en otro lugar",
expresó a esta reportera un residente de Vueltas.
El Departamento de Radiografía sólo puede tomar dos placas de
Rayos X al día, en el Cuerpo de Guardia, y cuando hay material. En
ocasiones transcurre un mes y no se puede realizar este tipo de prueba diagnóstica.
Desde que comenzó el período especial en 1990 hasta el momento
de redactar esta nota, en el hospital Comandante Piti Fajardo se cocina con leña
porque no hay asignación de combustible.
La ambulancia casi siempre está fuera de servicio por roturas o por
falta de gasolina y no hay servicio de taxis, por lo que los pacientes tienen
que trasladarse por sus propios medios.
Entre las mujeres embarazadas de Vueltas se ha hecho costumbre en estos últimos
años comprar la gasolina con antelación a la fecha del parto, para
así tener garantizado al menos el combustible del transporte. Los
hospitales maternos más cercanos radican en Remedios y Santa Clara.
Enfermos graves han tenido que esperar 6 y más horas para que los
trasladen a otro hospital. Sólo carros particulares dan ese servicio de
manera estable, pero a precios muy altos.
"No puedo pagar el pasaje en un auto particular", dijo una madre
de 24 años de edad.
Según fuentes fidedignas, en el hospital de Vueltas se construyó
recientemente un quirófano que no está en servicio, y también
hay equipos modernos de diagnóstico que no se usan por falta de
adiestramiento del personal médico.
En cuanto a los asmáticos, están en crisis total, pues no sólo
tienen que llevar la boquilla de cristal para recibir un aerosol, sino que además
tienen que llevar el medicamento.
El mal servicio de este hospital es la causa por la que los residentes de
Vueltas tratan de atenderse en los hospitales de Santa Clara o de La Habana.
Para ello, se aparecen en dichas instalaciones portando quesos, carne de cerdo,
viandas, frijoles u otros alimentos que les abrirán las puertas de los
consultorios.
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