Hasta que la
muerte los separe
Claudia Márquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, mayo - Celebrar una boda en Cuba no es fácil. Para Yaquelín
los preparativos fueron "un dolor de cabeza". Le costó un
dineral. Cuando se disponía, muy feliz ella, a escoger el traje para la
ceremonia en una casa particular que se dedica a esos menesteres y radica en el
Vedado, confiesa que su corazón comenzó a latir aceleradamente de
nerviosismo, pues al escoger uno de los vestidos le anunciaron que su alquiler
costaba 50 dólares.
Días antes, Yaquelín había visitado un establecimiento
estatal, pero los vestidos que allí alquilan están manchados y
viejos, por lo que tuvo que hacer de tripas corazón y optar por el más
sencillo que le ofrecía la cuentapropista, que le costo 35 dólares.
Hoy en día, según varios entrevistados a punto de casarse, una
boda cuesta alrededor de 4 mil pesos cubanos. Existe una tendencia a volver a lo
tradicional con ciertos toques de modernidad como lo es el vídeo que, según
un fotógrafo particular dedicado a ese tipo de filmaciones, "cuesta
a 600 pesos la hora".
Los más afortunados son, por supuesto, los que tienen acceso al dólar,
ya sea porque trabajan en el sector del Turismo y van ahorrando las propinas, o
porque tienen familia en el extranjero que les envía remesas
regularmente.
Quienes no poseen dólares tienen que contentarse con firmar ante el
notario y hacer un brindicito en familia con "chispa'e tren" (bebida
obtenida luego de filtrar varias veces alcohol comercial por carbón) y
los panecillos duros que vende el Estado para esa ocasión.
En los últimos años se ha producido una reducción de
las formalizaciones legales. Según el Anuario Demográfico
Nacional, el año 1999 fue en el que menos parejas se casaron desde 1960.
Paradójicamente fue el año 1992, en pleno período especial,
cuando más casamientos hubo, 17,7 por cada mil cubanos.
Antiguamente, los Palacios de los Matrimonios (11 en la capital de Cuba)
ofertaban el servicio de taxis, pero desde que comenzó el período
especial se acabó el mismo.
Es común en Ciudad de La Habana ver cómo transitan los Ford de
los años 40 y 50, con cintas y globos en colores, novios a bordo y música
nupcial. El alquiler de estos vehículos no baja de 50 dólares.
Dicen un refrán que "el Amor y el Interés fueron a pasear
un día, y más pudo el Interés que el Amor que le tenía";
así que son abundantes las bodas con extranjeros. Jovencitas de 17 con
ancianos de 75.
También hay quienes contraen matrimonio para efectuar permutas, para
salir del país por el bombo (sorteo de visas), para vender la cerveza, el
cake o para vender el derecho a pasar la Luna de Miel en un hotel, regulados por
el Estado y que como es de esperar no alcanza para todas las parejas.
No obstante, en la actualidad han aumentado las bodas por la iglesia. Después
del rechazo oficial a esta costumbre cubana, reaparecen en escena los ringboys y
las flowergirls.
A pesar que a Yaquelín y a su esposo, ambos de 24 años, la
boda les costó "un ojo de la cara" se sienten felices.
Le pregunté si volvería a casarse y ella, tapándose la
boca con la mano mientras reía a carcajadas, me respondió:
- ¡Sí, pero con un yuma (un norteamericano)!
Su esposo la miró de reojo y, al comprender la jocosidad, también
me regaló una sonrisa.
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