Actor La Habana, 1965 Casado y con cuatro
hijos Su primer éxito fue 'Fresa y chocolate' Ha rodado
'Nowhere'
ELENA Hevia. El Periódico
de Catalunya, mayo 23, 2001.
Junto al ron o los puros habanos, es el producto más exportable en
la compleja Cuba actual. Un deslumbrante actor de ojos verdes y desarmante
veracidad que levanta pasiones. La suya es la propia isla que, bloqueo mediante,
jamás pensó en abandonar. Amparado por esa fidelidad, rueda películas
en España y donde haga falta. La última, Nowhere, una fábula
carcelaria que ha supuesto el debut como director del escritor chileno Luis Sepúlveda.
-- Ha pasado ya el tiempo en el que le perseguían hombres y mujeres?
--Los actores siempre hemos despertado las fantasías de la gente.
Pero he de decir que jamás me he sentido acosado. Con los gays me ocurrió
una cosa muy bonita.
--Cuéntela.
--Tras el éxito de Fresa y chocolate, se me acercaban para
demostrarme su respeto, para explicarme lo mucho que la película significó
para ellos.
--En La Habana esa película, con un banquetazo dentro, significó
también otra cosa.
--Aquella fue una comida lezamiana, un lujazo. A causa de las carencias que
sufre la isla, las salas se llenaban de suspiros de deseo y aprobación.
Pero eso es muy común allá.
-- También se habla en los cines?
--En los cines habaneros se comenta en voz alta todo lo que ocurre en la
pantalla. La gente se implica profundamente en las historias con risas y
silbidos. Y si es una película cubana, mucho más, porque nuestro
cine siempre ha apostado por lo que somos, por nuestras contradicciones, que
afloran aún en las comedias más divertidas.
--Tiene fama de hombre fiel.
--Soy fiel tanto a mi esposa como a mi país. Pero es que mi mujer es
muy hermosa, y mi país, también.
--Debe ser fácil amar a Cuba cuando se es un privilegiado.
--Lo soy fuera y dentro de Cuba. En cualquier lugar del mundo hacer cine es
un privilegio.
--Pero en Cuba es un milagro.
--Es verdad. Yo he logrado dentro de la isla lo que mucha gente sale a
buscar fuera: trabajar.
--No parece muy equitativo.
--Mi país lleva muchos años de lucha y, evidentemente, me
duele ver cómo están las cosas allí. Por supuesto que sueño
con una Cuba mejor, con tener más oportunidades...
--Entonces...
--Ese dolor es parte de mi compromiso a no abandonar el barco aunque las
cosas no vayan bien.
-- Y en esas condiciones, todavía se puede creer en la utopía
cubana?
--Cuando uno revisa la desastrosa situación del resto de países
latinoamericanos empiezan a aparecer los motivos para decir: no sé si
estaremos equivocados o no, pero vale la pena apostar por la diferencia.
-- Hasta cuándo?
--La historia cubana está condicionada a la política de
Estados Unidos. Por ahora, el primer obstáculo es el bloqueo. Si eso
cambia, los cubanos tendremos que estar preparados para sacar el país
adelante.
-- No le duele el turismo sexual?
--No exagere. Recuerde cuando comenzó el turismo acá y los
españoles se desvivían por las suecas. Cuando se escoge el turismo
como fuente de desarrollo, es fácil que se desate una gran locura
social.
-- Ha visto a Javier Bardem en su papel de Reinaldo Arenas?
--No, porque Antes que anochezca no se ha estrenado en Cuba. Me han dicho
que su trabajo es inmejorable y no me extraña porque Arenas es hoy un
modelo interesante para los cubanos, un autor singular.
-- Singular?
--Sí, él era un hombre de izquierdas, alguien a quien
perdimos por una serie de errores. Creo que deberíamos reivindicarlo
porque forma parte de nuestra identidad.
--Dígaselo usted a Fidel.
--No hace falta. Abel Prieto, escritor y ministro de Cultura, está
intentando rescatar a muchos intelectuales que por su vida y obra fueron
desplazados en nuestro país.
-- Y acaso no es un poco tarde?
--Nos volvemos tolerantes a medida que el mundo se va haciendo más
tolerante con nosotros. El propio Arenas solía contar un chiste.
--Adelante, cuéntelo.
--Decía que la diferencia entre Cuba y Estados Unidos es que en la
isla te daban una patada en el culo y no podías decir nada y que en
Estados Unidos podías quejarte.
--La idea se cita en la película.
--Pues me alegro mucho. Porque revela que en ambos lugares se han dado
patadas.
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