Internacionalismo:
"negocio" para algunos cubanos
Víctor Rolando Arroyo, UPECI
PINAR DEL RIO, mayo - Buscaba entre las ropas colgadas de las perchas sin
decidir qué comprar. No encontraba lo que necesitaba. Ya había
realizado búsquedas similares en otros comercios de la ciudad. Era mi última
oportunidad. Ya estaba cerca la hora de cerrar.
Cuando decidí retirarme del lugar, escuché voces femeninas:
- Pero, ¿aceptaste cumplir una misión en el extranjero teniendo
una niña pequeña? -dijo una de las féminas.
- ¡Claro!, es mi única posibilidad de guardar algún
dinerito y al regreso hacerme de una casita, pues con lo que ganamos mi esposo y
yo aquí no nos alcanza ni para empezar -contestó la otra.
Me volví lentamente, y vi a dos jóvenes. La primera que habló
era empleada de la tienda y la otra vestía la bata sanitaria de los médicos
cubanos.
La escena tuvo lugar en la tienda "La Chiquita", en la Ciudad de
Pinar del Río.
Cuando salí del comercio comencé a meditar sobre la conversación
que días antes también oí casualmente. En esa ocasión
entre dos hombres.
- En Cuba, ser internacionalista se ha convertido en un negocio. Usted sale
a cualquier país, no importa cuál ni cuán pobre sea, y al
regreso ha resuelto una cantidad considerable de problemas económicos y
materiales de sus familias. Ya hoy tener un familiar internacionalista es tan
deseado como tenerlo en Estados Unidos. Sólo así se vive un poco
mejor.
Triste, pero real.
Las máximas figuras del gobierno usan todos los medios de prensa
escrita, radial, televisiva y digital para propagar al mundo los "fuertes
principios internacionalistas" de la ideología comunista, pero lo
que no revelan es que el mayor por ciento de los internacionalistas encuentran
en esas misiones la única manera de solucionar sus necesidades.
En la historia de Cuba hay muchas muestras de solidaridad con naciones
extranjeras, pero horrorizados estarían nuestros próceres si
vieran en qué ha degenerado la práctica de ese honorable
principio. El internacionalismo se ha convertido en una nueva manera de
sobrevivir en las actuales condiciones, es un negocio que puede garantizar la
ropa, los equipos electrodomésticos, los medicamentos, el calzado y otros
productos de primera necesidad que el gobierno cubano es incapaz de garantizarle
a sus gobernados.
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