Fraternidades
cubanas ¿conquistando las calles?
Manuel David Orrio, CPI
LA HABANA, mayo - Vale la pena, de vez en cuando, dar a la prensa oficiosa
cubana la oportunidad de "llevarse la primicia", aunque sea por el
aquello de demostrar su vocación censora y autocensora. No se trata, en
este caso, de un hecho que desde el punto de vista legal al estilo del patio
merezca la tacha del censor, sino del natural ejercicio de derechos reconocidos
por la Constitución a organizaciones no gubernamentales debidamente
registradas ante el Ministerio de Justicia. Que se sepa, divulgue y comente,
cantan los Van-Van.
A una semana de haberse producido, la prensa oficiosa de Cuba no ha dicho
una palabra del evento que tuvo lugar en la localidad de Santiago de las Vegas
el pasado 13 de mayo. Una notable representación de las organizaciones
fraternales cubanas -masones, órdenes de Caballeros de la Luz, Caballero
de la Luz, Odd Fellows y Caballeros del Trabajo- realizaron una procesión
pública en ocasión del Día de las Madres, con todo boato
posible y reafirmación de su identidad, mostrada en el lucimiento público
de los atributos de cada orden; mandiles y collarines, en el medio de las
calles, banda de música y discursos incluidos. Jorge Oceguera, Vice Gran
Caballero Luminar de la Orden Caballeros de la Luz en la República de
Cuba, tuvo a su cargo las palabras del resumen.
La batalla de las fraternidades isleñas por ganar su espacio en las
calles no es nueva, sobre todo por estos tiempos de crecimiento sostenido entre
sus filas, principalmente de jóvenes. "No política, no religión",
es la consigna obligada para hacer florecer un espacio de sociedad civil sin
exclusiones, donde el cultivo de una moral se opone a la amoralidad del "mundo
profano", se acostumbra a decir en el "mundo de la luz". Por
supuesto, la espada de Damocles permanece en manos del Ministerio de Justicia,
acechando sobre las cabezas de todos, esperando para cerrar aunque sea una
logia. Pero el Gran Arquitecto parece decidido a extender su escudo contra
quienes, reconocieron historiadores en momentos de historiografía más
equilibrada, jugaron un papel fundamental en las luchas por la independencia de
Cuba.
De acuerdo con fuentes fraternales de reconocido crédito, la batalla
por los espacios públicos ha tenido tres momentos decisivos, desde 1999
hasta la fecha. En ese año, los fraternales de Cienfuegos realizaron una
procesión pública sin permiso de las autoridades, jugándose
el todo por el todo, en el pasado 2000, ya con autorización oficial, en
la localidad de Artemisa; ahora, en el primer año del milenio, se
acercaron una buena cantidad de kilómetros a la capital de Cuba. Con los
atributos a la cintura y el cuello, además.
"No política, no religión", es la consigna
incluyente. Destacados opositores y periodistas independientes integran órdenes
fraternales y son electos a cargos de jerarquía, tanto como militantes
del Partido Comunista, que también los hay, como para demostrar que los
cubanos sí pueden encontrarse y hallar un lenguaje común. Tal,
parece, el temor de del gobierno de Fidel Castro ante el callado pero sostenido
crecimiento de las órdenes fraternales isleñas, aún
prisioneras, no obstante, de enfoques antiguos y asombrosas trabas burocráticas,
evidentemente diseñadas para encadenar su gestión con una montaña
de papeles de obligada presentación oficial.
Pero la alegría circula; no se oculta la procesión de Santiago
de las Vegas, su noticia, circula como reguero de pólvora al interior de
los fraternales. Uno de ellos, principal animador de lo ocurrido, ya lo dice: "¡la
próxima, en La Habana!"
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