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Mayo 17, 2001



Noticias de Cuba

El Nuevo Herald

Publicado el 17 de mayo de 2001 en el El Nuevo Herald

Preocupa a EU un ataque cibernético de Cuba

La Habana podría interrumpir el acceso y el transporte de las fuerzas de combate norteamericanas en caso de guerra

George Gedda / Associated Pres. Washington.

Estados Unidos cree que Cuba podría utilizar "la guerra tecnológica o atacar redes de computación'' e interrumpir el acceso y el transporte de fuerzas de combate norteamericanas en caso de guerra.

El senador demócrata Ron Wyden no creía que Cuba pudiese amenazar militarmente a Estados Unidos y para respaldar esa creencia solicitó la opinión del contraalmirante Thomas Wilson durante una audiencia ante una comisión senatorial.

Sin embargo Wilson, director de la Agencia de Inteligencia de Defensa, indicó que Cuba está en condiciones de utilizar "la guerra tecnológica o atacar redes de computación'', lo que le permitiría "interrumpir nuestro acceso (a esas redes) o transportar fuerzas a una región'' donde sean necesarias.

Poco después, la reunión donde el contraalmirante realizó la afirmación, abierta al público, fue concluida, para ser reanudada a puerta cerrada.

Los comentarios del militar tuvieron lugar en febrero.

Wyden admitió posteriormente a un periodista que creía que Cuba era demasiado débil para amenazar a Estados Unidos. Pero tras escuchar las declaraciones completas de Wilson, Wyden estimó que el tema "requiere mayor estudio''.

El capitán Michael Stainbrook, un vocero del Pentágono, no quiso agregar nada más a las declaraciones que formuló Wilson en febrero.

La posibilidad de que Cuba pueda interrumpir las redes y portales cibernéticos norteamericanos no es una novedad. Manuel Cereijo, profesor de ingeniería de la Universidad Internacional de la Florida, dijo en un estudio de 1999 que el espionaje de las telecomunicaciones fue una de las prioridades de Cuba desde 1991.

"Cuba plantea una seria amenaza a la seguridad de Estados Unidos en la fase de guerra cibernética del terrorismo'', indicó Cereijo.

Con todo, otros funcionarios estadounidenses que no quisieron ser identificados creen que el temor a Cuba en este campo puede ser exagerado. La capacidad de librar una guerra cibernética depende de contar con un sistema telefónico de avanzado diseño, algo de lo que carece Cuba, según las fuentes.

En cuanto a la posibilidad de que Cuba envíe agentes a Estados Unidos para interrumpir las comunicaciones militares, las fuentes indicaron que ello plantearía un gran riesgo para el presidente Fidel Castro, y destacó como ejemplo el éxito del FBI para detectar una red de espionaje desarticulada en Miami. Cinco personas de esa banda son juzgadas ahora en Miami de espionaje.

Presentan un proyecto de ayuda a la disidencia

Jesse Helms pide la entrega de $100 millones a la oposición en la isla

Rui Ferreir. El Nuevo Herald

El senador republicano, Jesse Helms, presentó ayer un proyecto de ley que contempla la entrega de $100 millones en un plazo de cuatro años a la disidencia interna cubana, una iniciativa similar a la presentada por el congresista Lincoln Díaz-Balart en marzo pasado.

El proyecto, llamado Ley de Solidaridad Cubana 2001, pretende dotar al gobierno de Washington de un mandato similar al obtenido en la década de los años 1980, cuando Estados Unidos lanzó una apurada iniciativa de ayuda a la oposición polaca que contribuyó, eventualmente, a la derrota del régimen comunista en ese país.

En su contenido se señala que el presidente George W. Bush deberá incrementar todas las formas de ayuda a los grupos democráticos y defensores de los derechos humanos en la isla, así como a organizaciones no gubernamentales.

Entre estos grupos, el senador por Carolina del Norte y presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, incluyó a presos políticos y sus familias, activistas sindicales, periodistas independientes, ecologistas, cooperativas y bibliotecas independientes.

Según explicó Helms en el pleno del Senado, el paquete de ayuda contempla en envío durante cuatro años de materiales de trabajo para la oposición cubana, como computadoras, faxes, equipos de oficina, teléfonos y ayuda financiera.

El senador también enfatizó que en la propuesta se prevé tomar medidas para que Radio y TV Martí "puedan romper el bloqueo gubernamental cubano y llegar a toda la población''.

Aunque uno de sus asistentes dijo a El Nuevo Herald que "los proyectos son gemelos, pero no gemelos idénticos'', el congresista Díaz-Balart subrayó que "trabajaremos en conjunto, muy de cerca, por llevar esta iniciativa adelante''.

Díaz-Balart no quiso comentar cómo la ayuda llegará a la isla, pero dijo confiar en los mecanismos creados en los años 1980 en Polonia. "Dejaremos al Presidente enfrentar ese mandato, y su aplicación con la necesaria discreción'' dijo.

La iniciativa de Helms fue apoyada por siete senadores, como el ex candidato presidencial demócrata Joseph Lieberman, de Connecticut, y los demócratas Robert Torricelli, de Nueva Jersey, y Bob Graham, de Florida, así como los republicanos George Allen, de Virginia, y John Ensign, por Nevada. Según sus patrocinadores, el proyecto de Díaz-Balart cuenta ya con el respaldo de 95 entre los 435 miembros de la Cámara de Representantes.

La idea de crear un plan particular de apoyo a la disidencia cubana, similar al creado para Polonia, fue manejado en Washington hace dos meses por el presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), Jorge Mas Santos, en un conferencia con miembros del centro de estudios Dialogo Interamericano.

Manolín ofrece conciertos en Miami

Wilfredo Cancio Isl. El Nuevo Herald

Después de ser objeto de duras críticas en la prensa oficial cubana, el cantante Manolín, "el Médico de la salsa'', ha sido anunciado sorpresivamente para ofrecer dos conciertos, hoy y mañana, en el Club Cristal, de Miami Beach.

El Club Cristal confirmó ayer la presentación de Manuel González --Manolín-- ambas fechas a partir de las 10 p.m., pero declinó ofrecer detalles sobre la presencia del músico en Estados Unidos. Los conciertos aparecen auspiciados por Producciones L.M.G., con sede en Miami.

Los representantes de Producciones L.M.G. no respondieron ayer varias llamadas de El Nuevo Herald.

Sin embargo, una fuente cercana al Instituto de la Música en La Habana dijo anoche a El Nuevo Herald que el artista se encontraba en México hace 20 días.

"Lo que sabemos aquí es que Manolín viajó a Ciudad México con su actual pareja; no sabemos nada de su [posible] actuación en Miami'', indicó la fuente, que habló bajo condición de anonimato.

No son claras las circunstancias de la entrada de Manolín a los Estados Unidos, donde el pasado año se especuló sobre una presunta solicitud de asilo político.

El anuncio de la actuación del polémico cantante en Miami sorprendió incluso al productor musical Hugo Cancio, presidente de HMC Productions, quien planificaba una gira de Manolín por varias ciudades norteamericanas para los meses de agosto y septiembre.

"Hablamos en Cuba el pasado mes sobre la gira en Estados Unidos, pero no íbamos a incluir a Miami por todo el conflicto que rodea su caso'', explicó Cancio. "HMC Productions promueve la música y la cultura cubanas, no controversias''.

El promotor, que favoreció la primera visita de Manolín a Miami a finales de 1998, había viajado a La Habana a raíz de los ataques lanzados contra el músico por el periódico oficial Granma.

"Entonces intercedimos con autoridades culturales [de la isla], preocupados por la situación de Manolín'', recordó Cancio. "Defendí allí sus derechos como artista cubano''.

Desde que retornó a Cuba el pasado año, Manolín se había visto limitado para actuar en los escenarios nacionales. Trece músicos de su orquesta permanecieron en Estados Unidos tras solicitar asilo político.

A comienzos de abril, el diario Granma lo fustigó por practicar "veleidades musicales'' y por cantarle "a un camino rosado entre Miami y La Habana'' durante su aparición en un concierto de homenaje a la agrupación NG La Banda.

En Miami residen su hermano Lázaro González y una hija.

Fiscalía teme una conspiración en su contra en el juicio

Rui Ferreir. El Nuevo Herald

Los primeros síntomas de preocupación de la fiscalía por el desenlace del juicio a cinco supuestos espias cubanos salieron a flote ayer, cuando la jueza Joan A. Lenard exigió que el jurado decida por sí solo si los acusados conspiraron para obtener información secreta y ordenó que se borrara de la transcripción el comentario al respecto de uno de los fiscales.

"Señoría, esto es una conspiración'', comentó el fiscal asistente David Buckner, cuando la defensa se opuso a que el ex director de la Agencia de Información de Defensa (DIA, por sus siglas en inglés), teniente general James R. Clapper, detallara al jurado los procedimientos de trabajo de la llamada "Red Avispa'', desarticulada en Miami en septiembre de 1998.

Llamados a una conferencia privada, Lenard decidió que el jurado debía olvidar el comentario y decidir por sí mismo si el gobierno había logrado probar las acusaciones de conspiración.

La jueza tampoco permitió que Clapper le recordara que Washington incluyó recientemente a Cuba en la lista de estados terroristas, y dijo al jurado que desechara ese comentario también. A juzgar por la expresión de los fiscales, ambas decisiones fueron recibidas con desaliento.

En las últimas semanas, Lenard ha desestimado frecuentemente objeciones de la fiscalía a interrogantes de la defensa, y esta semana incluso criticó directamente a los fiscales, constataron reporteros y público en la sala.

El martes, la jueza viró la espalda ostensiblemente y dejó a la fiscal, Caroline Heck Miller, literalmente con la palabra en la boca.

Clapper, quien trabaja ahora para una empresa privada especializada en cuestiones de inteligencia, explicó que, a juzgar por la documentación confiscada por las autoridades a la "Red Avispa'', un objetivo importante del grupo era conseguir información confidencial sobre dos bases aéreas en la Florida: Boca Chica, en Cayo Hueso, y McDill, en Tampa.

"Sí, se puede decir que en términos generales, a la larga, ese era el objetivo del grupo'', aseguró el especialista.

Instado por la defensa a que indicara un solo documento donde se consignaran instrucciones para obtener información que no fuera pública, el ex oficial de ejército dijo que no conocía ninguno.

Al menos dos de los acusados permanecieron largo tiempo dentro o cerca de las dos bases, tratando de tener una idea de sus movimientos. En Tampa, Ramón Labañino escuchaba desde un apartamento alquilado al lado de McDill las transmisiones de radio entre los aviones y la torre de control, que eran reportados a la isla en informes detallados.

A su vez, Antonio Guerrero consiguió un empleo de mantenimiento en Boca Chica, y durante años informó regularmente sobre los aterrizajes y despegues de aviones de combate estadounidenses. También hizo estudios sobre los militares que trabajaban en la base y, al menos en una ocasión, encaró la posibilidad de reclutar un cadete de la Fuerza Aérea.

Clapper aceptó, en términos generales, que los supuestos agentes cubanos recibieron instrucciones de no improvisar sus movimientos, y que no pudo encontrar un solo mensaje donde les ordenaran explícitamente que consiguieran información militar confidencial.

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