Proyecto
Varela: ¿validez jurídica?
Manuel David Orrio, CPI
LA HABANA, mayo - Parece desconocimiento, o ese infeliz espíritu de
improvisación que en más de una ocasión ha conducido a los
cubanos al abismo y hasta el ridículo. Algunos, como el destacado jurista
independiente René Gómez Manzano, firmante del documento
alternativo "La Patria es de todos", intentan advertir y se les
responde con el silencio y la autocensura, a juzgar por noticias bien parecidas
a secretos a voces. Pero lo cierto, hasta donde conoce este periodista, es que
por el modo como se están recolectando las diez mil firmas necesarias
para impulsar las iniciativas legislativas contenidas en el Proyecto Varela, sólo
se va a otorgar al gobierno de Fidel Castro la oportunidad de desechar olímpicamente
el esfuerzo de los activistas que a lo largo y ancho del país buscan rúbrica
por rúbrica, nada menos que al socaire de la legalidad invocada por el
Proyecto Varela.
Silencio total, pero secreto a voces, una carta que Gómez Manzano está
haciendo circular al interior del movimiento cubano por los derechos humanos en
la Isla, aún por confirmar su entrega a medios de prensa que se habrían
autocensurado. Gómez Manzano no se opone al Proyecto Varela, pero tiene
sus dudas respecto a éste. La primera de ellas es que si por un lado se
aspira a impulsar una iniciativa política conforme a la vigente
Constitución cubana, por el otro no se están dando los pasos
dictados por su legislación complementaria, la cual prevé, en el
artículo 64 del reglamento de la Asamblea Nacional del Poder Popular de
25 de octubre de 1996, que "si la iniciativa (legislativa) procede de los
ciudadanos, conforme se establece en el inciso g) del artículo 88 de la
Constitución, además de la fundamentación consignada en los
acápites precedentes, los ciudadanos promoventes del proyecto acompañan
declaración jurada ante notario, donde se acreditará la identidad
mediante los datos del carnet de identidad como documento idóneo y
probatorio de la individualización de una persona, así como que no
está invalidada para ejercer el sufragio activo y pasivo".
Más claro, ni el agua: si los firmantes del Proyecto Varela no
estampan su rúbrica ante notario público, el esfuerzo será
baldío. Aún cuando se llegue a las diez mil firmas requeridas,
Fidel Castro tendrá oportunidad de acusar de ignorantes a los promotores
de Proyecto Varela, para no extenderse sobre posibles imputaciones de confundir
a los seguidores del proyecto. Tal, el terco e inexplicable hecho.
Según carta de Gómez Manzano dirigida al ingeniero Oswaldo Payá
Sardiñas, promotor principal del Proyecto Varela, ha tratado aquél
de contactar con éste, sin lograrlo. "Lamento que si ustedes (...)
no tenían asesoramiento jurídico, no me lo hayan pedido, ya que
independientemente de las serias dudas que como es público y notorio
mantengo en relación con esa iniciativa, yo no se lo habría negado
(...) En vista de la situación existente, espero que comprendas
plenamente el hecho de que yo considere mi deber divulgar la presente comunicación",
apunta Gómez Manzano.
"Haga las cosas completas", dice un refrán de Ifá. Más
allá de aciertos y errores, de elogios y críticas, lo cierto del
Proyecto Varela es que tan sano consejo no parece estar tomándose en
cuenta. Si una determinada apuesta política lo pone todo al empleo
creativo de la legalidad, aún cuando sea la de un Estado
post-totalitario, una elemental responsabilidad obliga a llegar hasta el final,
no dejando al adversario el menor resquicio para eludir el tapete del juego
real. O se es legalista hasta el fin... o se hace el ridículo.
Disidentes de pobreza rayana en la mendicación andan por pueblos del
interior de Cuba, recolectando firma por firma. A veces, a pie, recorren decenas
de kilómetros para lograr una rúbrica. ¿Merecen que su
esfuerzo sea baldío?
Documento relacionado
Carta del abogado
René Gómez Manzano al ingeniero Oswaldo Payá
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