Delatores
comienzan a guardar la ropa
Juan Téllez Rodríguez
LAS TUNAS, mayo - El gobierno de Fidel Castro instauró, y ha
fortalecido durante más de 42 años, un sistema represivo basado en
el miedo y el hambre. El objetivo principal: que los cubanos obedezcan
sumisamente al régimen que los oprime y que pretende perpetuarse en el
poder.
Por su parte, los defensores de los derechos humanos, opositores políticos
y periodistas independientes que, de una u otra manera, se enfrentan a la
intolerancia del gobierno han sido y son reprimidos principalmente con cárcel
y exilio.
Sin embargo, como el gobierno de Castro es un experto en desinformación,
han sido creados mecanismos para difamar, dividir y confundir a todo el que se
le oponga. Por supuesto, con la participación de los agentes del
Departamento de Seguridad del Estado o DSE.
El DSE aprendió mucho de la KGB soviética, aseguran fuentes
confiables. "A lo largo y ancho del país tienen una red de
individuos que amparándose en el anonimato cumplen eficientemente la
tarea de informar sobre cada asunto que se le solicite", expresaron
Estos personajes son los llamados "informantes" (chivatos o
soplones) y reciben salario y otros privilegios.
De acuerdo a la declaración de nuestras fuentes, estos chivatos
frecuentan lugares públicos como parques, terminales de ómnibus o
ferrocarril, tiendas dolarizadas y centros laborales en busca de los datos
solicitados por sus jefes.
No obstante, la labor de los soplones del DSE cada día se hace más
difícil porque como cada día aumenta el descontento entre la
población y la gente manifiesta su inconformidad en cualquier lugar, los
miembros de la red de informantes han optado por contemporizar con la situación,
"por si acaso se vira la tortilla".
Los chivatos del DSE saben que la gente cree más en los disidentes y
en las noticias de medios extranjeros que en el gobierno. Es por eso que algunos
de ellos comienzan a guardar la ropa (que significa delatar sólo en última
instancia) aunque saben perfectamente que están inmersos en el oscuro y
tempestuoso mar de la injusticia.
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