Una zafra
desastrosa
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, mayo - La zafra azucarera 2000-2001, con su modestísima
meta productiva de 3,7 millones de toneladas y la paralización de la
tercera parte de los centrales existentes, comenzó con dificultades y
todo parece indicar que terminará con mayores aún.
Finalizado abril, mes en que se debió cumplir el plan nacional, sólo
Cienfuegos, Santiago de Cuba, Matanzas y La Habana, las dos últimas con
cierto peso en la producción total, consiguieron sus objetivos. Sin
lograrlo todavía hay nueve provincias, entre ellas las más
importantes.
Los territorios "exitosos" arrojan resultados poco halagüeños,
según datos oficiales.
Cienfuegos tuvo menos caña que la estimada y alcanzó un magro
rendimiento por caballería de 36 mil arrobas, equivalentes a 30,5
toneladas por hectárea, cuando a nivel mundial el rendimiento promedio es
de 63.
Santiago de Cuba redujo su rendimiento agrícola en 10 mil arrobas por
caballería (8,46 toneladas por hectárea) en relación con la
cosecha pasada.
Matanzas y La Habana alcanzaron rendimientos industriales de 11,30 y 11,49
respectivamente, que aunque declarados como un triunfo por los medios oficiales
distan ostensiblemente de los obtenidos antes de 1959 cuando el rendimiento
industrial promedio, en el período 1952-1958, fue de 12,74.
Las provincias restantes, todavía en zafra, tendrán que
laborar durante mayo en complicadas condiciones, por la plena temporada de
lluvias y con recursos materiales y humanos fatigados por tantos días de
esfuerzos, lo cual vaticina pésimos resultados en momentos cuando la
sacarosa de la caña desciende aceleradamente a niveles donde elaborar azúcar
es antieconómico.
Si alguna duda pudiera haber existido sobre el calamitoso estado de la
agroindustria azucarera cubana, la zafra 2000-2001 ha confirmado su penosa
situación.
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