CUBANET... INTERNACIONAL

Mayo 1, 2001



El voto de México

Jorge Luis Romeu. Publicado el martes, 1 de mayo de 2001 en El Nuevo Herald

Recientemente, Cuba fue nuevamente condenada en Ginebra por la violación de los derechos humanos. Por 22 votos a favor, 20 en contra y 10 abstenciones, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU aprobó la resolución checa. México, a través de su canciller, Jorge Castañeda, había dado señales de votar en contra de Cuba, pero nuevamente se abstuvo. Y esto ha provocado decepción en algunos sectores del exilio.

Podríamos revisar el voto mexicano para criticar a este hermano país y "sentirnos bien''. O podríamos analizarlo cuidadosamente, para tratar de entenderlo y, proactivamente, ejercer alguna influencia para modificarlo. Nosotros preferimos lo segundo, parafraseando al filósofo en aquello de que "un país es él y sus circunstancias''. Y lo haremos revisando su historia pasada, presente y futura, que constituyen las "circunstancias'' de una nación.

Conocer la historia republicana de México es crucial para entender la dinámica política de este complejo país. Después de la guerra con EU, donde México perdió la mitad de su territorio, ocurrió una revolucion anticlerical. El presidente Juárez promulgó las "leyes de la reforma'' en medio de la guerra civil que este movimiento provocó y que ganaron los liberales. El perdedor partido conservador acudió entonces a varias potencias europeas y gestionó la invasión de los franceses y la subida al trono del emperador Maximiliano --quien, paradójicamente, resultó demasiado "liberal'' para su gusto...

Los liberales y el benemérito Juárez tampoco estuvieron exentos de culpa. Juárez hizo proposiciones territoriales a EU para obtener su ayuda en la guerra contra los franceses. Y Lincoln, envuelto en la guerra civil americana y deseoso de alejar a los franceses (que apoyaban al sur) de sus fronteras, se la facilitó sin condiciones. Por fin, durante la larga y autoritaria presidencia de don Porfirio, pudo México estabilizarse polí-

El entender bien

la situación constituye

un requisito

ticamente y desarrollarse económicamente, siempre receloso de un vecino más grande, más rico, más fuerte, mejor organizado y con quien ya había tenido problemas.

Es pues natural que la intervención extranjera haya sido siempre una preocupación fundamental en México. La última (sin contar las persecuciones contra Pancho Villa) ocurrió en 1914, en el puerto de Veracruz, en una época en que éstas eran frecuentes en la cuenca del Caribe. De aquí surge la doctrina Estrada, contraria a la injerencia en los asuntos internos de cada país --política que tampoco es ajena ni mal vista en muchos otros países de América Latina.

Por otra parte, México es un país muy diverso, de grandes contrastes económicos, políticos y sociales y cuya historia se ha caracterizado por violentas revoluciones. La primera obligación del gobierno mexicano es, lógicamente, mantener la paz interna. Hoy, México vive un periodo de transición política y económica muy delicado. Tras más de setenta años de gobierno de partido único (hegemónico) y economía dirigida por el estado, México se abre al pluralismo político y económico.

El PAN, partido de la oposición, no tiene mayoría en el Congreso. Y el presidente Fox, figura relativamente nueva dentro de su propio partido, no tiene todavía un apoyo muy fuerte. Si Fox quiere llevar adelante y con éxito la transición, debe actuar como Adolfo Suárez en España a la muerte de Franco: navegar entre dos aguas, conciliando ideas antagónicas y en recesión. Y Fox ha dicho claro que quiere ser el presidente de la transición más que del cambio.

Un voto contra Cuba, en el actual y precario equilibrio político mexicano habría sido demasiado pedir. Mas las declaraciones del canciller Castañeda y la abstención activa de México lanzaron un claro mensaje al gobierno cubano y al que quiera entender.

El futuro de México, si la transición progresa como en España, será de democracia pluralista y economía abierta. En este caso, el tiempo es un factor a favor de un voto mexicano contra la política de violación de derechos humanos en Cuba. Tal voto se aceleraría si, en vez de complicar la situación con un embargo que en realidad nunca ha funcionado y proporciona una hoja de parra a la dictadura, se tratase tan sólo de definir que ha llegado la hora del cambio interno en Cuba, como pasó en México y en España. La política, ya lo dijo alguien, es la "ciencia de lo posible''. Pedir lo imposible no es político --mas buscar y propiciar las condiciones objetivas para hacerlo posible sí lo es. El entender bien la situación constituye, pues, un primer requisito. El siguiente es poner en práctica los conocimientos adquiridos para lograrlo...

Director del Proyecto Juárez Lincoln Martí.

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