En relación
con el Proyecto Varela
Declaración Partido Solidaridad Democrática
LA HABANA, marzo - El Proyecto Varela una vez más es sometido a la
consideración de las autoridades cubanas; más de un centenar de
organizaciones de la oposición política y de la incipiente
sociedad civil de Cuba le han brindado su apoyo. En la diáspora también
este documento ha encontrado una acogida favorable; lo cual muestra la vocación
civilista de la actual oposición política cubana. Nuestras
consideraciones sobre este Proyecto son las siguientes:
PRIMERO: que en la primera pregunta del referéndum propuesto se
consulta si existe conformidad con cambios en las actuales leyes que permitan a
los ciudadanos el libre ejercicio de sus derechos a las libertades de expresión
y prensa además del derecho a asociarse libremente según sus
intereses e ideas; derechos estos contemplados en los artículos 19 y 20
de la Declaración Universal de Derechos Humanos. El PSD considera que los
derechos humanos no se refrendan, porque como bien señala el Proyecto
Varela: "estos derechos y todos los derechos humanos existen antes que
nadie los formulara o los escribiera". Las leyes no crean estos derechos,
pero deben garantizarlos. "La práctica de estos derechos de asociación
y expresión, concreta la participación digna y responsable del
ciudadano en la sociedad". Si aceptamos que estos derechos no están
garantizados en las leyes cubanas, ¿de qué forma se puede asegurar
una participación digna y responsable de éstos? ¿Cómo
podríamos saber que se respetará la voluntad ciudadano, si ésta
se manifestara a favor de las transformaciones? Es por ello que el PSD cree que
no hay quien gane un plebiscito a las actuales autoridades cubanas, dado el
control que tienen de los medios de comunicación y dada su probada
capacidad manipulativa. En estas condiciones es imposible ganar una consulta
popular. De perderla, ¿qué hacemos? Por lo pronto no lo sabemos; en
cualquier caso le dimos al pueblo una posibilidad que en principio no tiene: el
derecho indirecto a determinar a través del voto que no tenemos derechos.
SEGUNDO: En la segunda pregunta se propone una amnistía para todos
los encarcelados por motivos políticos "que no hayan participado en
hechos que atentaron directamente contra la vida de otras personas". El PSD
considera que sólo una amnistía general para todos los presos políticos
crearía el ambiente apropiado para iniciar un proceso gradual de
transformaciones políticas en el país. Con condenados a muerte en
espera de ser ejecutados son muy difíciles las modificaciones legales que
nos puedan conducir a un proceso de aperturas y reconciliación nacional.
TERCERO: consideramos que la Constitución de la República de
Cuba no garantiza el pleno ejercicio de la soberanía popular, ya que está
basada en la unión Partido-Estado, establecida por el artículo 5;
no se puede pensar en la autonomía de la Asamblea Nacional ni de ningún
otro órgano de gobierno si por encima de ellos existe un esquema que
dirige y controla los poderes públicos y toda la vida nacional.
CUARTO: el PSD considera que nunca sabremos si el pueblo va a votar a favor
del Proyecto Varela, porque la hipótesis de que el gobierno cubano estaría
dispuesto a propiciar su propia derrota no está planteada. Si los que están
contra el diálogo sostienen, con todas las evidencias en la mano, que el
gobierno cubano no va a dialogar jamás, ¿cómo pensar que va a
organizar su propia derrota? En el diálogo, al menos, hay un juego de
posibilidades que son impredecibles por las partes.
Por lo antedicho y no por otras razones el PSD decide no adherirse a este
loable esfuerzo que desde una perspectiva diferente a la nuestra busca lograr
algo en lo que todos estamos de acuerdo: que es la necesidad de los cambios.
Respetamos el Proyecto Varela, como cualquier otro que pueda surgir en el
futuro, y que persiga, de forma pacífica, la solución de la crisis
nacional. Enfatizamos que tenemos una estrategia diferente. Pero esto no debe
entenderse como que estamos contra el Proyecto Varela. Si bien el PSD y el
Movimiento Cristiano Liberación siguen rutas contrarias, ello no supone
que estemos en campos enfrentados el uno y el otro. Sucede simplemente que
creemos en la pluralidad de opciones y en el derecho que cada una de nuestras
organizaciones tiene de promover o no cualquier proyecto. El PSD ve la
posibilidad de llegar a los cambios mediante la creación de escenarios,
el fortalecimiento de las alternativas de cambios y la participación de
todos los cubanos sin exclusiones en la definición de esos cambios para
dar inicio al proceso de transición que nos permita llegar a un estado de
derecho donde se realicen elecciones libres y limpias, tal como se recoge en
nuestro programa y en la Plataforma Común de la Mesa de Reflexión
de la Oposición Moderada.
Por el Ejecutivo Nacional del PSD Fernando Sánchez López,
presidente Pablo Silva Cabrera, vicepresidente Adolfo Fernández
Sainz, relaciones internacionales Rubén Rodríguez González,
secretario de asuntos campesinos Antonio Torres Justo, secretario
organizador Armando García de León, secretario de salubridad e
higiene
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