Así lo ordenó Fidel Castro en la mañana del 17 de
abril de 1961 · Dos días después, la invasión a Cuba
fue aplastada
LA HABANA. AP. Clarín
digital. Buenos Aires, marzo 24, 2001.
Eran las 8,30 de la mañana del 17 de abril de 1961, en Cuba, cuando
un joven Fidel Castro levantó el teléfono y mechando palabrotas y
gritos ordenó: "¡Hundan barcos, hundan barcos! coño,
tienen que hundir muchos barcos, para el carajo, fuego con ellos". Horas
antes se había producido en Playa Girón, al sudeste de la isla, el
desembarco de Bahía de Cochinos.
Mil quinientos cubanos anticastristas, armados y financiados por Estados
Unidos, intentaron una invasión a Cuba que terminó en el fracaso.
Para la tarde del 19 de abril, ya sin municiones ni el respaldo aéreo
estadounidense, la brigada fue diezmada por las fuerzas de Castro. Más de
un millar de los invasores cayeron capturados, un centenar murió y otros
lograron escapar.
A poco de cumplirse el 40° aniversario de la invasión, La Habana
se ha convertido en el escenario para un encuentro histórico entre viejos
enemigos para analizar los hechos de Bahía de Cochinos. Por primera vez
en cuatro décadas ex funcionarios norteamericanos, autoridades cubanas y
cinco miembros de la unidad invasora se reúnen en el marco de una
conferencia internacional sobre aquellos hechos.
Organizada por el gobierno de La Habana, la Conferencia Académica "Playa
Girón, 40 años después" que finalizará hoy, sábado,
con un recorrido por la zona de los combates, ha puesto sobre la mesa documentos
confidenciales.
Entre ellos se destacan por escrito las órdenes y supuestos gritos
frenéticos de un Castro de 34 años a sus comandantes atrincherados
en Playa Girón. Por primera vez se conocen las instrucciones dadas entre
el 17 y el 20 de abril de 1961 por el líder de la revolución
cubana.
Un documento entregado el jueves por la noche da precisiones sobre cómo
ocurrieron los hechos. Castro estuvo en una zona cercana al desembarco el 17 de
abril, regresó a La Habana al día siguiente, y volvió a la
Bahía de Cochinos para la tarde del 19 de abril, cuando se da la victoria
de sus unidades. Pero antes, en sus primeras directivas había ordenado: "Para
mañana vamos a tumbar aviones, pero hoy vamos a hundir barcos, ¡hundan
barcos!, ¡hundan barcos! coño, tienen que hundir muchos barcos...".
Así arengó por teléfono a uno de sus comandantes en las
primeras horas de la mañana del 17 de abril.
Pasada poco más de una hora, Castro ordenó hacer trincheras,
preguntó cuántos muertos se habían producido entre sus
unidades y los invasores.
"¿No han matado enemigos? ¡Enemigos! ¿No han matado?",
inquirió. E insiste con arrasar. "¡Con los morteros, los vamos
a barrer del mapa!", sentenció en otra conversación telefónica
ese mismo día con el actual vicepresidente José Ramón Fernández,
que estuvo al frente de las operaciones en el área del desembarco.
Por las transcripciones, Castro parece molesto porque para el mediodía
del 18 de abril sus unidades ya debían haber llegado a la costa de Playa
Girón, en la Bahía de Cochinos, y cortar el camino de los
invasores. "Y... ¿No están persiguiendo al enemigo? ¡Coño!
¡Díganme si tienen un pacto de no agresión con los
mercenarios!", gritó Castro a otro de sus comandantes.
Para la tarde del 19 de abril, las órdenes cosechan resultados. Y la
invasión fracasa.
No sólo las instrucciones de Castro fueron dadas a conocer en la
conferencia. Entre la mirada atenta de los ex combatientes de la brigada de
asalto 2506 y ex funcionarios de la presidencia de John F. Kennedy, sentados
codo a codo con los dirigentes cubanos, el secretario de Defensa de Estados
Unidos en la administración Kennedy, Robert McNamara, admitió
después de cuatro décadas que "la invasión de Bahía
de Cochinos fue un error".
El reconocimiento llegó en una carta del mismo McNamara, en la que
considera que esa invasión "nunca debió ocurrir".
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