Represalias del régimen de Castro a un ex agente de la contra
inteligencia
La policía de Inmigración de Cuba detuvo el pasado día
21 a la ex mujer de Delfín Fernández, alias Otto, ex agente de la
contra inteligencia cubana, en represalia por las revelaciones de éste a
Diario 16 sobre el espionaje y grabación a empresarios españoles
que trabajan en Cuba. En el interrogatorio, los policías fabricaron una
noticia falsificando la cabecera de Diario 16.
M. Á. Menéndez
D16 | Madrid. Marzo 27, 2001.
Ana Amador, de 28 años, es una de las cubanas con residencia en España,
pero tuvo que ir a La Habana para someterse a una delicada y grave operación
quirúrgica. Tras el postoperatorio y cuando le quedaban menos de
veinticuatro horas para tomar un avión hacia Madrid, fue detenida,
interrogada y presionada por agentes de la Dirección General de Inmigración
y Extranjería.
Fueron horas de miedo y de angustia. Los policías llegaron a
mostrarle una noticia falsificada, utilizando la cabecera de este periódico
y la firma del director del mismo, Ángel García. En la noticia
falsificada se afirmaba que ella era una «jinetera» sacada por su ex
marido de entre las meretrices del malecón de La Habana.
Según informó el propio ex agente Otto, el motivo de la
detención y la presión a la que fue sometida era, en definitiva,
el haber sido su mujer. El ex agente del Departamento 11 de la contra
inteligencia cubana ha venido destapando en este periódico los escándalos
de espionaje protagonizados por el régimen de Castro, tales como las
grabaciones a las que han sido sometidos empresarios y artistas españoles
durante sus visitas a Cuba.
«Ana y yo no vivimos juntos, estamos separados. Pero, si eso le hacen a
ella, que ni siquiera tiene nada que ver conmigo ya, ¿saben ustedes lo que
me harían a mí si me cogieran?», afirmó a este diario
Otto, quien no ocultó su preocupación. «La retuvieron, la
interrogaron, intentaron confundirla con falsos artículos de Diario 16,
la presionaron y la amenazaron. Todo porque fue mi mujer, aunque ya no lo es».
La ex mujer de Otto había ido a La Habana el pasado 1 de marzo por
problemas de salud. Debía someterse a una operación quirúrgica.
La intervención resultó positiva y tuvo un buen postoperatorio. Ya
con el alta médica, la mujer, que cuenta con la «salida definitiva»
de Cuba (no puede volver a la isla, salvo por periodos vacacionales no
superiores a veinte días) y con el permiso de residencia y trabajo
definitivo en España, tenía billete para el pasado día 21
en el vuelo de las 20.20, hora cubana, con destino a Madrid.
«Según he sabido de compatriotas cubanos», explicó
Otto, «a las nueve de esa misma mañana llegó a casa de mi ex
mujer una patrulla con un teniente, un suboficial y un conductor, que se
presentaron como agentes de Inmigración y Extranjería. La noche
anterior había recibido una citación para las once de la mañana,
pero debieron pensar que se podía escapar y fueron a buscarla dos horas
antes».
Los agentes condujeron a la mujer hasta unas dependencias de Inmigración
en la calle 20, entre la Quinta y la Tercera, en Miramar (La Habana) y, según
la versión de Otto, el mayor Alfredo procedió a un fuerte
interrogatorio durante más de dos horas. «Al principio, no le
dijeron los motivos. Aducían que eran problemas con su permiso de entrada
en Cuba, pero luego fueron más explícitos». Otto ha podido
saber que el auténtico motivo del interrogatorio era una denuncia
interpuesta por Tomás Ugalde, sobrino de Ramón Castro, hermano
mayor del comandante en jefe Fidel. «Era una cuestión de venganza»,
aseguró el ex agente.
En ese sentido, en declaraciones a este periódico, Abel Fernández,
otro ex agente del Departamento 11 de la contra inteligencia cubana que bajo el
alias de Antón tenía orden de espiar a los representantes de la
Banca Mora en Cuba (BBVA) y a otros españoles relacionados con Cataluña
y Andorra, identificó meses atrás a Ugalde con una trama de
visados supuestamente irregulares tramitados en el Consulado español en
La Habana. Las denuncias de Antón fueron también publicadas por
Diario. Curiosamente, Ugalde fue la pieza fundamental para que el ex agente Antón
pudiera pasar los férreos controles de salida del aeropuerto José
Martí y pudiera llegar a España en enero de 1998, burlando las
enormes medidas de seguridad.
«Ugalde se enteró de que mi ex mujer estaba allí; así
que, sin importarle si seguíamos juntos o no y con tal de hacerme daño
personalmente, nos denunció a Antón y a mí, diciéndole
a la policía que a mí no podían cogerme, pero que a mi ex
mujer sí», afirma Otto.
«TIENE MIEDO». Una vez en Inmigración, sometieron a la
mujer a un duro interrogatorio. En un momento dado, según confirman las
fuentes de Otto en La Habana, el mayor Alfredo le preguntó si conocía
al director de este periódico, Ángel García, y al
periodista de investigación Gregorio Fernández para, acto seguido,
enseñarle un fax que constituía todo un montaje: «Al parecer
habían recortado la cabecera del periódico y en texto impreso a
una sola columna se leía una crónica, firmada a mano por Ángel
García, en la que se hacía eco de unas supuestas declaraciones mías
llamando a mi ex mujer «jinetera» y puta del malecón y metiéndome
con su familia. Naturalmente, todo era falso, como ustedes saben. Estos son los
métodos que se utilizan en Cuba», aseguró Otto.
Cuando los agentes pudieron comprobar que la mujer, efectivamente, no sabía
nada ni tenía que ver con su ex marido ni con este diario, la soltaron
apenas unas horas antes de la salida de su avión hacia Madrid. Este periódico
ha intentado estos últimos días, sin éxito, recabar su
versión. «Tiene miedo, no quiere saber nada», justificó
su ex marido.
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