Exiliados y revolucionarios cubanos se estrechan las manos 40 años
después de Bahía de Cochinos
Mauricio Vicent | La Habana.
El País. Lunes, 26 de marzo de 2001
Las arenas de Bahía de Cochinos recibieron este fin de semana una
visita muy especial: la de cinco exiliados cubanos de la Brigada 2506 que hace
40 años desembarcaron en esas mismas playas armados hasta los dientes
para derrocar a Fidel Castro. Esta vez lo hicieron en son de paz y acompañados
por Jean Kennedy Smith, hermana del asesinado presidente John F. Kennedy, que en
la madrugada del 17 de abril de 1961 dio el visto bueno a la famosa invasión,
que fue financiada y organizada por la CIA, el servicio de inteligencia de
Estados Unidos.
Cuatro décadas después de aquel histórico suceso, Jean,
su hijo William y una delegación norteamericana de medio centenar de
personas participaron en la conferencia académica Giron, 40 años
después, que concluyó el sábado en el escenario de los
combates: Playa Girón, Playa Larga y Bahía de Cochinos. La invasión
duro tres días y concluyó en un estrepitoso fracaso - 200
invasores muertos y 1.180 detenidos- que contribuyó a consolidar y
radicalizar la revolución de Fidel Castro.
Sobre este y otros aspectos trató el seminario, que contó
todos los días con la participación del presidente cubano, quién
encabezó la delegación revolucionaria. La conferencia tuvo
momentos emotivos -especialmente uno, cuando el exiliado ex brigadista Alfredo
Duran se estrechó las manos con Arnaldo Morfa, oficial de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias que disparó contra él durante la batalla-
y acabó con un comunicado conjunto que expresa el deseo de que el éxito
del seminario "sirva de modelo para continuar la ampliación de un diálogo
sobre éste y sobre otros temas importantes en el prolongado conflicto
entre Estados Unidos y Cuba".
"Tal vez éste sea el inicio de una reconciliación'"
entre cubanos, dijo José Hernández, uno de los miembros de la
Brigada 2.506 asistentes al foro. "Vivir de nuevo los combates, ver de
nuevo los lugares... Ha sido emocionante ver a dos adversarios unidos",
afirmó el exiliado, cuya visita a Cuba es la primera desde aquellos días.
Las autoridades cubanas se han mostrado pesimistas sobre la posibilidad de
que la conferencia pueda contribuir a un acercamiento entre La Habana y la
actual administración norteamericana, pero algunos de los asistentes sí
han expresado su confianza en que el foro sea al menos un primer paso hacia una
reconciliación entre los antiguos contrincantes.
Visiblemente emocionada, la hermana de JFK, después de un paseo por
Playa Larga, localidad donde murieron 70 cubanos de ambos bandos, declaró:
"Creo que ahora podemos dejar todo eso en el pasado y construir nuevas
amistades". "La invasión fue algo muy triste porque se
perdieron muchas vidas, pero creo que es maravilloso que podamos encontrarnos
aquí para aprender mutuamente", añadió. Preguntada por
lo que hubiera opinado su hermano de esta conferencia, Jean Kennedy Smith afirmó:
"Diría que es importante meditar y mirar al futuro".
Otro de los participantes en la conferencia fue el ex asesor especial de
Kennedy, Arthur Schlesinger (1960-63), que mostró su oposición al
embargo norteamericano decretado por su Gobierno contra Cuba en 1962. "Han
desaparecido las causas que lo motivaron", aseguró el octogenario
Schlesinger, quien hizo votos por que las tormentosas relaciones entre los dos
países puedan restablecerse durante su vida.
El vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, José Ramón
Fernández, que fue estratega de la batalla junto a Fidel Castro y organizó
el encuentro, señaló que los debates fueron "serios y
respetuosos". "No siempre los que vinieron del lado de allá
piensan de la misma manera que nosotros, pero se han esclarecido muchas cosas,
ha sido muy útil", dijo.
Durante la conferencia Cuba desclasificó más de 600 páginas
de documentos secretos y el propio Castro aclaró muchos de los temas
oscuros de la invasión. Según Thomas Blanton, jefe de los Archivos
de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington y uno de los 56
miembros de la delegación de EEUU, el presidente cubano analizó la
invasión "no como una operación para provocar un
levantamiento, sino como una operación para provocar la intervención
de Estados Unidos".
"Estoy completamente de acuerdo... yo esperaba que los marines
estuvieran detrás de mí", asintió Alfredo Durán.
Durán se convirtió en uno de los protagonistas de la conferencia,
y dijo durante la sesión de clausura: "Esto ha sido un tributo y un
homenaje a todos los cubanos que murieron en estas playas, a los de las fuerzas
revolucionarias y a los de la Brigada 2506, con la esperanza de que estos hechos
no se repitan más en nuestra historia".
Documentos desclasificados por Cuba muestran que EE UU empujó a
Castro a caer en la órbita de la URSS
Mauricio Vicent | La Habana. Sábado, 24 de marzo de
2001
La CIA arrojó premeditadamente a Fidel Castro en brazos de la ex Unión
Soviética para justificar ante la opinión pública una acción
armada contra la revolución cubana. Así se desprende de uno de los
documentos dados a conocer el jueves en La Habana durante la conferencia académica
Girón, 40 años después, en la que participan actores de
ambos bandos que fueron protagonistas de la invasión de Bahía
Cochinos, entre ellos el presidente cubano, Fidel Castro.
El documento en cuestión es un mensaje diplomático del 24 de
noviembre de 1959 que envió al Foreign Office el embajador británico
en Washington tras entrevistarse con el director de la CIA, Allen Dulles. En
fecha tan temprana, Dulles pide al embajador que Gran Bretaña no acceda a
una petición cubana de comprar una partida de aviones de combate Hunter
para que la isla tenga que adquirir los cazas en la Unión Soviética.
Esto, insinúa Dulles al diplomático, permitiría a
Estados Unidos tener las manos libres para actuar, pues el efecto de la llegada
de aviones Mig soviéticos a la isla 'tendría un efecto tremendo,
no sólo en Estados Unidos, sino también en otros países de
América Latina'. El diplomático británico opina que el propósito
de la CIA en Cuba es buscar una justificación similar a la que Estados
Unidos empleó en Guatemala para derrocar al Gobierno progresista de
Jacobo Arbenz: la alarma ante el avance comunista.
Durante la conferencia, que concluye hoy en el escenario de la batalla de
Bahía Cochinos -o Playa Girón, en la terminología oficial
cubana-, la parte norteamericana dio a conocer otro documento en el que se
revela la intención de la CIA de acabar con la vida de Fidel Castro ya en
el verano de 1959.
Según se desprende de los documentos desclasificados, desde muy
pronto el Gobierno estadounidense vio con desconfianza a la revolución de
Fidel Castro y eligió el camino de la violencia para acabar con ella; Bahía
Cochinos aparece como un intento más dentro de esta política.
La delegación cubana, que ha estado encabezada por Fidel Castro
durante todas las sesiones de la conferencia, desclasificó 110 documentos
-unas 600 páginas-, entre ellos varios informes de inteligencia en los
que se pone de manifiesto cómo Cuba tuvo noticias de la invasión
desde varios meses antes de que ésta se produjese.
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